
Los fabricantes de automóviles extranjeros que operan en China antes evitaban hablar de “transferencia de tecnología”. Su pacto fáustico con el gobierno del país les permitió acceder a su vasto mercado automovilístico a cambio de los conocimientos técnicos que transmitían a través de empresas conjuntas. Ahora que el flujo de tecnología se ha invertido, utilizan la frase abiertamente. En una presentación reciente sobre sus negocios en China, ejecutivos de Volkswagen (VW) destacaron con satisfacción que estaban “aprovechando a los socios locales para la transferencia de tecnología”.
En los últimos años, los fabricantes de automóviles extranjeros en China se han visto aplastados por rivales locales como BYD, que se han convertido rápidamente en líderes mundiales en vehículos eléctricos. A medida que el mercado chino se ha vuelto eléctrico, la participación de los fabricantes de automóviles extranjeros en el mismo se desplomó del 62% en 2020 al 35% el año pasado. VW ha perdido su posición como el principal fabricante de automóviles del país. El año pasado vendió 2.9 millones de vehículos en China, frente a los 3.9 millones de 2020. Solo unos 200,000 eran vehículos eléctricos.
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Algunos fabricantes de automóviles extranjeros, como Ford y General Motors de Estados Unidos, están reduciendo su presencia en China. Sin embargo, otros están adoptando tecnología local para contrarrestar la situación, trasladando una mayor parte de sus operaciones al país y colaborando con empresas locales.
Toyota, el gigante automovilístico japonés, ha ampliado su investigación y desarrollo en China y colabora con empresas como BYD y CATL en el desarrollo de baterías y con Pony.ai en conducción autónoma. Honda, otro fabricante de automóviles japonés, colabora con DeepSeek, una estrella de la inteligencia artificial, y Tencent, un conglomerado de internet. BMW, fabricante de vehículos de lujo, ha formado un equipo de 3,000 ingenieros y desarrolladores de software locales y ha comenzado a colaborar con empresas como Alibaba, otro gigante de internet, y Huawei, fabricante de equipos de telecomunicaciones que también produce sistemas para automóviles.
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Sin embargo, ningún fabricante de automóviles extranjero está haciendo tanto por integrarse en China como VW. Planea lanzar 30 nuevos modelos de vehículos eléctricos para el masivo mercado del país durante los próximos cinco años, el primero de los cuales está previsto para principios de 2026. Estos vehículos contarán con capacidades avanzadas de conducción autónoma e interiores elegantes con grandes pantallas —características que los compradores chinos suelen valorar por encima de todo— y serán significativamente más económicos de fabricar que los modelos anteriores. VW también está considerando vender estos autos en mercados asiáticos como Tailandia, donde las empresas chinas están inundando actualmente con vehículos eléctricos baratos.
Para ello, VW está renovando su forma de operar. Ha construido un centro de innovación en la ciudad de Hefei que emplea a más de 3,000 ingenieros, la mayoría chinos. Las instalaciones son propiedad exclusiva de VW, en lugar de estar en copropiedad de un socio estatal chino (como lo son sus fábricas locales de automóviles). Quizás su mayor ventaja es que puede tomar muchas decisiones sin la aprobación de la sede central en Alemania. Esta libertad ha ayudado a reducir el tiempo de desarrollo de un nuevo vehículo eléctrico en aproximadamente un 30%.
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Las alianzas con empresas locales son otro aspecto importante de la ofensiva de VW en China. Una de ellas es con Horizon Robotics, con sede en Pekín, que le ha ayudado a desarrollar sistemas y chips de conducción autónoma.
En 2023, VW también adquirió aproximadamente el 5% de Xpeng, un fabricante de automóviles chino, por US$ 700 millones, con el que está codesarrollando dos modelos de vehículos eléctricos. Un acuerdo entre ambas empresas permitió a los ingenieros de VW trasladarse temporalmente a la sede de Xpeng en Cantón para aprender cómo se fabrican los automóviles. VW también compró un montón de código de la empresa.
¿Valdrá la pena el esfuerzo? Un riesgo es que las operaciones de VW aún no estén lo suficientemente localizadas para competir. Los fabricantes chinos han ganado ventaja sobre los extranjeros gracias a sus estrechas cadenas de suministro, que los hacen más rápidos y económicos. Otro riesgo es que la feroz guerra de precios en el mercado chino de vehículos eléctricos haga que incluso los modelos nuevos no sean rentables.
Thomas Ulbrich, director de tecnología de VW en China, afirma que es difícil saber dónde estarán los precios dentro de un año, aunque estima que eventualmente tocarán fondo. Sus rivales chinos cuentan con el respaldo de inversores y entidades crediticias estatales que han estado dispuestos a aceptar años de pérdidas, lo que les permite centrarse en el crecimiento por encima de la rentabilidad. Ese es un grado de localización que VW podría tener dificultades para lograr.









