
En los últimos meses, la propuesta de Elon Musk para aumentar la eficiencia del gobierno ha sido un tema muy polémico. Como parte de su plan para recortar el gasto federal, el magnate sudafricano, quien también encabeza el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha impuesto ajustes sustanciales en el presupuesto. Su meta es reducir un déficit superior a los US$1 billón, y estos recortes están teniendo efectos variados en todos los sectores. Pero, ¿de qué manera afectarán estos cambios a cada estado de los EE. UU.?
La verdad es que hay muchos factores que juegan un papel importante en cómo cada estado sufrirá consecuencias negativas con este recorte. Algunos dependen más del financiamiento federal que otros, y las decisiones tomadas no son iguales para todos. Es un tema complejo, así que en esta nota te mostraré algunas de las dinámicas que están en juego para entender mejor qué estados serán más vulnerables y cómo esto podría afectar a largo plazo a la población estadounidense.
LOS 5 ESTADOS MÁS AFECTADOS
Si hablamos de los estados más afectados, debemos empezar por aquellos que dependen en mayor medida de los fondos federales. Un informe de WalletHub revela que estados como Alaska, Kentucky, West Virginia, Mississippi y Carolina del Sur son los que tienen una más grande dependencia del apoyo del gobierno federal. En estos lugares, la financiación que proviene de Washington es fundamental para mantener a flote muchas áreas, desde la infraestructura hasta la educación y la salud pública.
Por ejemplo, en Alaska, el gobierno federal financia una proporción significativa de los ingresos del estado. Esto es clave, especialmente para un lugar que tiene altos costos operativos debido a su geografía, clima y su infraestructura dispersa. Con los recortes presupuestarios que está impulsando Musk a través del DOGE, esos estados tendrán que enfrentarse a una mayor presión para encontrar fuentes alternativas de financiamiento o, peor aún, enfrentarse a una posible disminución en servicios básicos.

¿CÓMO AFECTA LA DEPENDENCIA FEDERAL?
Lo curioso de esta situación es que, aunque pueda parecer injusto que algunos estados dependan tanto de los fondos federales, en muchos casos esta dependencia ha sido una especie de salvavidas. Los que reciben más ayuda por cada dólar que envían en impuestos federales, como es el caso de Kentucky o West Virginia, pueden ver mejoras en su infraestructura, educación y salud pública gracias a estos fondos. Sin embargo, al reducirse este apoyo, estos beneficios podrían verse comprometidos.
En Mississippi, por ejemplo, los recortes de presupuesto tendrán un impacto negativo sobre la calidad de vida de los residentes, especialmente en áreas rurales donde los servicios públicos son esenciales. Esto podría afectar a cientos de miles de personas que dependen directamente de programas federales para educación, salud y proyectos de infraestructura.
LOS ESTADOS MENOS AFECTADOS POR LOS RECORTES DE DOGE
Por otro lado, los estados con menor dependencia de fondos federales, como California, New Jersey, Delaware, Massachusetts y Utah, no se verán tan afectados por los recortes de DOGE. Estos estados tienen una base económica mucho más diversificada, con sectores privados fuertes que sostienen su crecimiento y estabilidad.
Aunque parece que estos estados saldrán más airosos, no todo es tan simple. El hecho de que no dependan tanto del financiamiento federal no significa que no vayan a sufrir también, especialmente en lo que respecta a la reducción de fondos destinados a programas nacionales que benefician a todos, como la investigación científica o la educación superior. Estos recortes podrían afectar a áreas clave, aunque quizás no tan drásticamente como en los estados más dependientes.
