
Mientras el cometa 3I/ATLAS continúa avanzando por el Sistema Solar, su extraño comportamiento empezó a generar preocupación y sorpresa entre astrónomos de todo el mundo. La forma de su cola cambió de manera inusual, orientándose ahora en dirección opuesta al Sol, un fenómeno poco común que encendió nuevas teorías.
Este objeto interestelar fue detectado por primera vez en julio de 2025 y, desde entonces, provocó especulación por su trayectoria y características físicas. No solo captó la atención del público, sino también la de expertos que consideran que podría tratarse de algo más que un simple cometa.
Uno de los más enfáticos es el astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, quien sostiene que el 3I/ATLAS podría ser en realidad una estructura con “tecnología no humana”, enviada desde regiones remotas del universo.

Su hipótesis, como era de esperarse, generó polémica, pero también impulsó una ola de interés global por observar de cerca el paso del objeto.
La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) emitieron informes breves sobre el fenómeno, manteniéndose cautelosas respecto a sus conclusiones; sin embargo, reconocen que el comportamiento del cometa es inusual y que su cercanía al Sol podría revelar aún más detalles en los próximos meses.
Loeb afirma que todo dependerá de su resistencia al calor extremo y la radiación solar. Según sus cálculos, el acercamiento máximo a la Tierra ocurrirá antes de lo previsto, el 19 de diciembre de 2025, momento en el que podrá ser monitoreado con gran precisión, aunque sin posibilidad de interceptarlo con la tecnología actual.

“Lamentablemente, no disponemos de una nave espacial capaz de interceptar a 3I/ATLAS y estudiarlo de cerca. Esto requiere planificación anticipada y detección temprana para que una nave espacial tenga tiempo suficiente para cruzar la trayectoria de 3I/ATLAS”, señala el experto.
De la misma manera, Loeb plantea que la misión Juno de la NASA, ubicada cerca de Júpiter, podría tener una oportunidad limitada de monitoreo alrededor del 16 de marzo de 2026; no obstante, advierte que dicha misión no contaría con el combustible suficiente para alterar su trayectoria.
Loeb añade que, si el objeto logra superar su paso cerca del Sol, antes de Navidad podríamos conocer su verdadero origen.

Al mismo tiempo, el Minor Planet Center confirmó que el cometa será observado en una campaña internacional coordinada por la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), respaldada por la ONU.
Esta iniciativa, que se llevará a cabo del 27 de noviembre de 2025 al 27 de enero de 2026, tiene como propósito perfeccionar las técnicas de monitoreo de objetos espaciales con comportamientos anómalos, como el 3I/ATLAS, y reforzar la defensa planetaria.






