Elon Musk y Donald Trump habían trabajado juntos en favor de Estados Unidos, pero diferencias políticas generaron su pelea (Foto: AFP)
Elon Musk y Donald Trump habían trabajado juntos en favor de Estados Unidos, pero diferencias políticas generaron su pelea (Foto: AFP)

Una guerra pública con enormes repercusiones está sacudiendo Washington. Los protagonistas: Donald Trump, quizás el presidente más polémico de la historia reciente de EE. UU., y Elon Musk, el empresario más disruptivo del planeta. Lo increíble es que hace apenas unos meses, su alianza parecía indestructible. Nadie que los viera compartiendo sonrisas en la Oficina Oval y otros eventos habría imaginado que todo colapsaría tan rápido.

Ambos habían logrado una sintonía inusual. Musk, con su papel en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), había recortado miles de millones de dólares en gasto federal. Trump, por su parte, no perdía oportunidad de alabar al CEO de Tesla y SpaceX, incluso entregándole una llave dorada con la insignia presidencial. Era una amistad de conveniencia, claro, pero también de poder. Y como suele pasar cuando hay tanto ego y tanto dinero de por medio, terminó explotando.

Donald Trump y Elon Musk iniciaron una disputa pública luego de que el dueño de Tesla cuestionara el plan fiscal de Trump (Foto: AFP)
Donald Trump y Elon Musk iniciaron una disputa pública luego de que el dueño de Tesla cuestionara el plan fiscal de Trump (Foto: AFP)

SE ADMIRABAN Y ELOGIABAN

Hasta hace muy poco, la relación entre Trump y Musk era lo más parecido a una amistad en la política estadounidense. El presidente no escatimaba elogios. Lo llamó “uno de los mayores líderes empresariales e innovadores que el mundo haya producido jamás”. Y el sudafricano respondía con igual entusiasmo, asegurando que seguiría visitando al presidente como “amigo y asesor”.

Desde su nuevo rol en el DOGE, Musk había logrado avances importantes en eficiencia fiscal, ganándose el respeto de figuras clave dentro del Partido Republicano. Todo parecía fluir. Pero lo que comenzó como una colaboración brillante, rápidamente se convirtió en una de las disputas más tensas del actual ciclo político.

UNA LEY FUE LA CULPABLE

El punto de quiebre fue un proyecto de ley. Sí, así de simple y así de político. El famoso “gran y hermoso proyecto de ley” de Trump —que incluye recortes de impuestos y eleva el techo de la deuda nacional— fue aprobado en la Cámara de Representantes, pero no cayó nada bien a Musk.

Desde su plataforma X (antes Twitter), el empresario arremetió contra la ley con todo. La calificó de “abominación repugnante” y advirtió que echa por tierra todo el ahorro que había logrado el DOGE. Más aún, alertó que podría disparar el déficit estadounidense a US$2,5 billones. Fue una crítica dura, frontal y totalmente pública.

EL CONTRAATAQUE DE TRUMP

Donald Trump, fiel a su estilo, no se quedó callado. En plena reunión con el canciller alemán Friedrich Merz, dijo estar “muy decepcionado” con Musk, cuestionando si su relación podría continuar. Pero eso fue solo el principio.

Horas después, desde Truth Social, el presidente lanzó una amenaza clara: eliminar subsidios y contratos gubernamentales para las empresas de Musk. “La forma más fácil de ahorrar miles de millones de dólares es terminar con los subsidios de Elon”, escribió. Fue el primer gran golpe en esta pelea que ya no era solo política, sino personal.

ELON MUSK RESPONDE CON DUREZA

Y si pensaste que eso era todo, prepárate. Porque Musk no solo defendió su postura, sino que contraatacó con una bomba: insinuó que Trump figura en los archivos no revelados de Jeffrey Epstein. Afirmó que esa era la “verdadera razón” por la que no se han hecho públicos.

La Casa Blanca calificó ese comentario como “un episodio desafortunado”, pero para entonces el daño ya estaba hecho. Lo que antes era una discusión sobre política fiscal, se convirtió en una batalla de reputaciones, egos y amenazas mutuas.

¿Y AHORA QUÉ PASARÁ?

No es solo un cruce de palabras. Musk ha donado cientos de millones a la campaña de Trump. Ahora amenaza con retener futuras donaciones. El actual mandatario, en respuesta, sigue presionando con recortes a contratos multimillonarios con Tesla y SpaceX. Las consecuencias podrían ser devastadoras para ambos, pero también para sectores clave como la energía renovable, la exploración espacial y el desarrollo tecnológico.

En resumen: no es solo una pelea de titanes. Es una colisión de intereses que puede afectar el equilibrio político y económico de Estados Unidos en pleno 2025.

Elon Musk y Donald Trump habían formado una relación mediática y poderosa en favor de la presidencia de Estados Unidos, pero todo terminó muy mal (Foto: AFP)
Elon Musk y Donald Trump habían formado una relación mediática y poderosa en favor de la presidencia de Estados Unidos, pero todo terminó muy mal (Foto: AFP)