
Algunas series logran atraparte no solo por su historia, sino por los lugares donde fueron filmadas. Eso me ocurrió con “El monstruo de Florencia”, la más reciente producción italiana de Netflix que revive uno de los casos criminales más perturbadores de ese país. Desde el primer capítulo, los escenarios parecen sacados de una postal, aunque transmiten también esa atmósfera sombría que envolvió los crímenes del verdadero asesino.
La serie, creada por Leonardo Fasoli y Stefano Sollima, no solo destaca por su elenco —Marco Bullitta, Valentino Mannias, Francesca Olia, Liliana Bottone y Giacomo Fadda—, sino también por la manera en que logra transportarnos a la Italia de los años sesenta y setenta. Esa sensación de viaje en el tiempo no es casualidad, pues los directores eligieron locaciones reales para que cada escena respirara autenticidad.

¿DONDE SE GRABÓ “EL MONSTRUO DE FLORENCIA”?
Filmaciones en el corazón de Toscana
La mayor parte de “El monstruo de Florencia” fue grabada en la región de Toscana, una zona que combina paisajes de ensueño con una profunda carga histórica. Al tratarse de una historia ambientada principalmente en Florencia, era lógico que el equipo de producción quisiera captar la esencia de la ciudad donde ocurrieron los hechos reales.
Por ejemplo, a lo largo de los cuatro capítulos podemos reconocer la Piazza di San Firenze, Via Ghibellina, Via dei Gondi o Viale della Giovine Italia, lugares que fueron transformadas para recrear la ciudad de los años sesenta y setenta. Es impresionante cómo los realizadores consiguieron que las zonas más turísticas se convirtieran, por momentos, en escenarios de una Italia sombría y asustada.
Uno de los sitios más impactantes donde se rodó fue el Cimitero di Trespiano, ubicado en Via Bolognese. Allí se filmaron algunas de las escenas más intensas de la serie, y según el equipo técnico, el ambiente del lugar ayudó a construir esa tensión permanente que domina la narrativa.
En el municipio de Signa, la Piazza Cavour también se transformó para recrear uno de los crímenes más conocidos del caso: el asesinato de Locci y Lo Bianco. El equipo rediseñó por completo la plaza para que luciera como hace cinco décadas. Además, hubo rodajes en Mercatale Val Di Pesa, Campi Bisenzio, San Casciano in Val di Pesa y Bassano Romano, donde los paisajes rurales se mezclan con la atmósfera inquietante que define a la serie.
El encanto de Lazio
Pero la Toscana no fue la única protagonista. Parte del rodaje se trasladó a Lazio, otra región de Italia famosa por sus contrastes entre lo urbano y lo campestre. Algunas escenas se filmaron en la Ciudad Metropolitana de Roma Capital, lo que permitió añadir variedad visual y arquitectónica al relato.
Uno de los lugares más llamativos fue la localidad de Fiumicino, concretamente en el pequeño poblado de Testa di Lepre (traducido como “Cabeza de Liebre”), una zona de colinas que aportó un aire más aislado y misterioso a las secuencias del asesino.
En enero de 2024, el equipo de producción llegó a Ronciglione, un pueblo del norte de Lazio, en la provincia de Viterbo. Allí, las calles empedradas y las fachadas de estilo barroco y renacentista se convirtieron en el escenario perfecto para recrear los años de terror que vivió Italia. Los habitantes del lugar contaron que fue todo un acontecimiento: más de 100 personas del equipo técnico y decenas de extras llenaron el pueblo durante varias semanas.







