
La noticia de que Mark Hamill es parte de la adaptación cinematográfica de “The Long Walk”, la novela de Stephen King, me sorprendió de inmediato. Más allá de su estatus como una figura mítica del cine —el inconfundible Luke Skywalker—, lo interesante es que siempre ha manifestado una posición muy firme respecto al cine de terror. Y esta elección no es casual: la obra en cuestión está lejos de ser ligera, pues plantea una distopía marcada por la violencia, la tensión psicológica y una aguda crítica social.
Y fue precisamente eso lo que lo hizo dudar. Hamill no es un actor que acepte cualquier papel, y menos si la historia va en contra de sus convicciones personales. De hecho, cuando recibió el guion de “The Long Walk”, su primera reacción fue prepararse... para rechazarlo. Pero algo cambió en el proceso. Y en esta nota quiero contarte qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión y por qué este proyecto terminó siendo tan importante para él.

¿POR QUÉ MARK HAMILL IBA A RECHAZAR EL PAPEL EN “THE LONG WALK”?
Si conoces un poco la carrera de Hamill, sabrás que no le gusta el cine de terror. Es algo que ha dicho públicamente más de una vez. Incluso rechazó participar en la secuela de “El Ciempiés Humano” sin pensarlo dos veces. Lo dijo sin filtros: ni siquiera quiso leer el guion. Le parecía una premisa grotesca, perturbadora, y completamente fuera de lo que él considera arte con sentido.
Así que, cuando le ofrecieron el papel del Mayor en “The Long Walk”, su instinto inicial fue el mismo. Esta película tiene una carga emocional muy fuerte y un nivel de violencia explícita que, de entrada, lo hizo sentirse incómodo. Además, está basada en una de las historias más crudas de Stephen King, publicada originalmente en 1979.
Uno de los mayores obstáculos para Hamill era la temática de la película. En “The Long Walk”, cada año, cien jóvenes compiten en una caminata mortal por un país gobernado por un régimen totalitario. Si no mantienen el ritmo, reciben advertencias. Tres advertencias… y se les ejecuta. Así de directo.
Hamill explicó en Entertainment Weekly que la abundancia de armas en la historia fue un gran problema para él. Como ciudadano estadounidense, siente que la violencia con estas herramientas es uno de los peores males que atraviesa el país. Recordó momentos clave en la historia política reciente, como la prohibición de armas de asalto durante el gobierno de Bill Clinton, y cómo eso cambió las estadísticas de violencia... hasta que se revirtió con George W. Bush.
¿CÓMO CAMBIÓ DE IDEA Y OPTÓ POR ACEPTAR EL PAPEL?
Mark Hamill pensó en rechazar el proyecto personalmente. Planeaba llamar al director Francis Lawrence, conocido por dirigir títulos como “Los Juegos del Hambre”, “Constantine” y “Red Sparrow”. Quería explicarle por qué no podía aceptar un papel que, en su opinión, promovía una narrativa de violencia.
Pero en esa llamada, algo cambió. Al escuchar a Lawrence hablar sobre su visión de la película, Hamill entendió que este director no quería glorificar la violencia, sino mostrar su crudeza y su impacto. Que no se trataba de un espectáculo sangriento, sino de una historia humana, dolorosa, profundamente emocional.
Francis Lawrence le explicó a Hamill cómo había pensado cada muerte dentro de la película. Que la primera muerte sería impactante, sí, pero que el resto no seguiría el mismo patrón gráfico. Que el verdadero enfoque estaría en la evolución emocional de los personajes, en sus vínculos, en cómo enfrentaban una situación límite.
Eso fue lo que terminó de convencer a Hamill. Lo dijo con claridad: “Claramente, no se trata de la violencia”. El corazón de la película no está en las ejecuciones, sino en la transformación de estos jóvenes obligados a caminar hasta el límite de lo humano.
Aunque aceptó el papel, Hamill confesó que fue un desafío, sobre todo al principio. Interpretar al Mayor, el oficial que supervisa la marcha desde un vehículo militar, implicaba tener un discurso imponente desde el minuto uno. El primer día de rodaje fue especialmente difícil: tuvo que dar un monólogo largo y técnico sobre las reglas del evento —y lo que pasaba cuando alguien fallaba.
Pero aquí entra de nuevo Lawrence. El director le dio confianza, lo tranquilizó, y le aseguró que con una sola buena toma ya tenía lo que necesitaba. Ese gesto reforzó la idea de que estaba en el proyecto correcto, con un equipo que entendía la sensibilidad del material.

NO ES SU PRIMERA VEZ CON STEPHEN KING
Aunque muchos lo olvidan, este no es el primer encuentro de Hamill con el universo de Stephen King. Ya había interpretado al sheriff Jenkins en “Sonámbulos”, y recientemente participó en “La vida de Chuck”, junto a Tom Hiddleston. Pero “The Long Walk” es, sin duda, el proyecto más oscuro y cargado emocionalmente dentro de ese universo para él.
Y, curiosamente, también es el que más lo desafió como persona. No tanto por lo técnico, sino por lo ético. Por lo que representa. Por la forma en la que esta historia plantea preguntas difíciles, no solo a los personajes, sino también al espectador.
