
Resulta paradójico que quienes construyen los edificios y viviendas donde todos habitamos muchas veces no puedan costear un techo propio. Son los obreros de construcción, un grupo que vive con especial crudeza el impacto del costo de vida. En una ciudad como Los Ángeles, donde los precios de la vivienda, el transporte y los alimentos se han disparado, cada dólar tiene un peso enorme. Vivir con un salario bajo en este entorno se vuelve una lucha constante que deja claro lo cara que puede ser la vida urbana.
Para todas esas personas que se desarrollan en ese campo hay una buena noticia, aunque, por ahora, solo es una propuesta. El Ayuntamiento de Los Ángeles está considerando establecer un salario mínimo de US$32.35 por hora para los trabajadores de la construcción residencial. La iniciativa no es definitiva, pero ya está sobre la mesa, y si avanza, podría transformar por completo el futuro laboral de miles de familias, incluyendo inmigrantes.
CRISIS DE VIVIENDA EN LOS ÁNGELES
Todos sabemos que Los Ángeles enfrenta una de las peores crisis de vivienda en su historia. Faltan casas, los precios están por las nubes y, hay una gran escasez de trabajadores para construir nuevas unidades. Según el Consejo de la Ciudad, los bajos salarios han alejado a muchos obreros del sector, lo que ha frenado proyectos vitales.
Por eso, la idea de ofrecer mejores sueldos y beneficios no solo busca justicia laboral, sino también garantizar que haya suficiente mano de obra para levantar las viviendas que la ciudad necesita con urgencia. Seamos honestos, si trabajamos en algo que nos demanda mucho esfuerzo y a cambio no nos retribuyen de la mejor manera, es muy probable que optemos por otras opciones laborales.

LA PROPUESTA
Los concejales Curren Price y Hugo Soto-Martínez son los principales impulsores de la medida. Ellos plantean que el salario mínimo de US$32.35 por hora se aplique a quienes trabajen en proyectos residenciales con 10 o más unidades y menos de 85 pies de altura. Además, el plan incluye un crédito de salud adicional de US$7.65 por hora, algo que, sinceramente, podría marcar la diferencia en un sector donde muchos obreros carecen de seguro médico.
De momento, el Ayuntamiento votará si se realiza un estudio formal para evaluar los efectos económicos de esta iniciativa. Si se aprueba, sería el primer paso hacia una legislación que redefina el empleo en la construcción de dicha ciudad.
La moción ya cuenta con el apoyo de seis concejales, entre ellos Bob Blumenfield, Heather Hutt, Eunisses Hernández e Ysabel Jurado, además de los autores de la propuesta. Organizaciones como Abundant Housing LA, Housing Action Coalition y varios sindicatos de la construcción también han mostrado su respaldo, considerando que un salario más alto fortalecería la fuerza laboral y agilizaría la edificación de viviendas asequibles.

LAS CONDICIONES LABORALES TAMBIÉN SON DETERMINANTES
Más allá del salario, hay otros factores que agravan la situación. Un 80% de los trabajadores de la construcción residencial ha sufrido robo de salario, según datos del portal oficial del Salario Mínimo para Trabajadores de la Construcción. Eso significa pagos incompletos, horas extras no remuneradas o descansos inexistentes.
A esto se suma que uno de cada cinco trabajadores sufre lesiones en el trabajo y, sin seguro médico, muchos terminan pagando sus tratamientos de su propio bolsillo y buscando dinero como sea para poder costearlo. Este escenario deja claro que la ciudad necesita medidas urgentes para dignificar el oficio.






