En Estados Unidos se usa mucho el gas natural en invierno para calentar el hogar (Foto: Freepik)
En Estados Unidos se usa mucho el gas natural en invierno para calentar el hogar (Foto: Freepik)

La avanza y no solo sorprende el frío, sino también el precio del gas natural, que ya comienza a sentirse en los recibos de millones de hogares, incluidos los de la comunidad hispana en ciudades como Los Ángeles, Houston, Nueva York, Chicago o Miami. Para muchas familias latinas que viven en apartamentos antiguos con calefacción central en barrios como Washington Heights en Manhattan, La Villita en Chicago o la Pequeña Habana en Miami, solo por mencionar algunos, el encendido constante de la calefacción se está traduciendo en gastos extra y en la necesidad de ajustar el presupuesto mensual para no atrasarse con la renta o la tarjeta de crédito.

En las últimas semanas, el precio del gas natural ha alcanzado alrededor de US$4.30 por millón de BTU, uno de los niveles más altos de los últimos años, lo que encendió las alarmas entre consumidores que dependen de este recurso para calentar sus hogares. Aunque los aumentos en invierno son habituales, este año llegan en un momento en el que se combinan factores climáticos, económicos y energéticos que presionan todavía más el bolsillo, especialmente de trabajadores hispanos que ya enfrentan subidas en el alquiler, el seguro del auto y la canasta básica en estados con gran presencia latina como California, Texas, Florida, Nueva York o Arizona.

¿POR QUÉ ESTÁ SUBIENDO TANTO EL PRECIO DEL GAS NATURAL?

Informes recientes de la Administración de Información Energética (EIA) indican que el precio de referencia en el Henry Hub aumentará mucho más de lo proyectado hace solo unos meses, lo que significa que el gas al mayoreo se ha encarecido por encima de lo previsto y ese sobrecosto terminará reflejándose en las facturas de calefacción. La principal razón es una demanda de calefacción que creció más rápido de lo esperado por el frío intenso, mientras una parte importante del gas producido en el país se destina a la exportación como gas natural licuado (LNG), en un contexto de fuerte demanda internacional.

Expertos del sector, como Patrick Rau de Natural Gas Intelligence, señalan que el mercado no anticipó esta combinación de un invierno más severo y un aumento acelerado de las exportaciones, lo que redujo la disponibilidad de gas para el mercado interno. En la práctica, esto se traduce en más presión para las familias que viven en edificios antiguos en el Bronx, en complejos de apartamentos en el corredor Buford Highway de Atlanta o en vecindarios históricos como Duranguito en El Paso, donde muchos hogares hispanos ya destinan una parte importante de sus ingresos mensuales al pago de servicios básicos. Pero en realidad, este pesar es general en los ciudadanos de todo el país.

Alaska es fuente de petróleo y gas natural.
Alaska es fuente de petróleo y gas natural.

UN INVIERNO ATÍPICO QUE PODRÍA ENCARECER AÚN MÁS EL GAS

Aunque la EIA prevé temperaturas algo más estables para comienzos de 2026, hay preocupación por una nueva ola de frío que afectaría los últimos días del año, especialmente en el Noreste y el Medio Oeste. Este tipo de eventos extremos suele generar picos de demanda que, combinados con cualquier interrupción en la cadena de suministro por tormentas invernales o problemas en la red, empujan el precio del gas todavía más arriba justo cuando las familias hispanas en ciudades frías como Boston, Minneapolis o Milwaukee necesitan mantener el termostato más alto durante más horas.

Todo esto ocurre en un contexto en el que la inflación se mantiene por encima del objetivo de la Reserva Federal (Fed) y en plena temporada navideña y de fin de año, cuando muchas familias latinas realizan compras extras, envían remesas y organizan reuniones grandes. Para hogares que ya vienen arrastrando deudas en servicios públicos y tarjetas de crédito, el margen para absorber otro aumento en la factura de gas o luz es cada vez más reducido, algo que se nota en la creciente morosidad en pagos de energía registrada en los últimos trimestres.

LA ELECTRICIDAD TAMBIÉN SE ENCARECE

El gas natural no solo alimenta los sistemas de calefacción, sino que también representa cerca del 40% de la generación eléctrica en Estados Unidos, lo que hace que el impacto se extienda a la factura de luz. En el último año, el precio residencial de la electricidad subió alrededor de 7,4%, más del doble de la tasa de inflación, según estimaciones de entidades que monitorean el gasto energético de los hogares durante el invierno.

El golpe se siente con particular fuerza en estados como Virginia, con incrementos cercanos al 9%, y Nueva Jersey, donde los aumentos rondan el 21%, territorios donde hay una presencia creciente de comunidades hispanas que trabajan en construcción, servicios, limpieza, delivery y pequeños negocios familiares. En paralelo, los precios futuros del gas natural han crecido cerca de un 39% desde septiembre y han alcanzado su nivel más alto desde diciembre de 2022, lo que apunta a una volatilidad persistente y a la posibilidad de que los próximos inviernos sigan siendo caros para quienes dependen del gas natural.

Las tarifas de electricidad también subirán (Foto: Freepik)
Las tarifas de electricidad también subirán (Foto: Freepik)

LAS ACCIONES DEL GOBIERNO Y LA VOLATILIDAD DEL MERCADO

El presidente Donald Trump ha reiterado que su objetivo es reducir los precios de la energía para los consumidores, un mensaje especialmente sensible en estados clave con gran presencia latina como Nevada, Arizona y Florida. Aunque hay señales de alivio en los precios de la gasolina en varias regiones, analistas como Andy Lipow, de Lipow Oil Associates, advierten que ese respiro en las estaciones de servicio podría verse neutralizado por el encarecimiento del gas natural que se usa para calefacción y generación eléctrica.

A pesar de que los precios mayoristas del gas registraron una caída cercana al 13% esta semana, el promedio sigue siendo casi 50% más alto que en la misma época del año pasado, según proyecciones energéticas recientes. La EIA incluso elevó sus previsiones de precios para los próximos meses, citando nuevas olas de frío y una demanda firme de gas tanto en el sector residencial como en el eléctrico, algo que repercute directamente en el costo de vida de comunidades de bajos y medianos ingresos, incluidas muchas familias hispanas.

¿CUÁNTO COSTARÁ CALENTAR EL HOGAR ESTE INVIERNO?

En 2024, el precio promedio por millón de BTU fue de aproximadamente US$2,19; este año llegó a unos US$3,56 y se proyecta que alcance alrededor de US$4,01 en 2026, lo que implica una escalada progresiva del costo de la energía. Para los hogares que usan gas natural, esto se traduce en aumentos de hasta 3% en sus facturas de calefacción, aunque el impacto real dependerá del tipo de vivienda, la región y los hábitos de consumo, algo que varía mucho entre una familia que vive en una casa unifamiliar.

Frente a esos números, la EIA y organizaciones de defensa del consumidor estiman que el consumo podría bajar alrededor de un 2%, en parte porque los usuarios intentan controlar sus gastos ajustando el termostato, mejorando el aislamiento de puertas y ventanas o cambiando a electrodomésticos más eficientes. En comunidades hispanas, además, se vuelve más común compartir vivienda, dividir los recibos y recurrir a programas de ayuda como el Programa de Asistencia de Energía para Hogares de Bajos Ingresos (LIHEAP), que ofrece apoyo para pagar facturas de gas y electricidad a familias elegibles.

REGIONES DONDE AUMENTARÁN MÁS LOS PRECIOS

Los incrementos no serán iguales para todo el país. Según estimaciones recientes, el Noreste verá aumentos cercanos al 4% en los costos de calefacción con gas natural, una región donde se concentran millones de hispanos en áreas como Washington Heights y el Bronx en Nueva York, Lawrence en Massachusetts o ciudades de Nueva Jersey y Pensilvania. En el Medio Oeste, las subidas rondarían el 7% y afectarán a comunidades latinas en estados como Illinois, Minnesota o Wisconsin, donde los inviernos son más largos y rigurosos.

En el Oeste, los precios se mantendrían relativamente estables, aunque con diferencias entre zonas de California, donde muchas viviendas dependen del gas, y regiones donde predomina la electricidad o la energía hidroeléctrica. En el Sur, se prevé una ligera caída de alrededor del 3% en los costos de calefacción con gas natural, pero aun así las familias latinas en Texas, Florida o Carolina del Norte siguen sintiendo presión por otros aumentos, como la electricidad o el alquiler, por lo que el alivio en el gas no siempre se traduce en un respiro real en el presupuesto.

  • Noreste: +4%
  • Medio Oeste: +7%
  • Oeste: estable
  • Sur: –3%

¿POR QUÉ LAS PRODUCTORAS NO AUMENTAN LA OFERTA?

A pesar de los precios elevados, los productores de gas natural se mantienen cautelosos a la hora de incrementar fuerte la oferta. Voces del sector, como Robert Yawger, de Mizuho Securities, explican que la industria teme que un aumento rápido de producción genere un exceso de oferta y un desplome de precios, algo que ya ha ocurrido en ciclos anteriores y que dejó pérdidas importantes para empresas y regiones productoras.

Esa prudencia limita la capacidad del mercado para reaccionar de inmediato al aumento de la demanda en el corto plazo. Para los hogares hispanos, desde quienes viven cerca de refinerías y plantas en la Costa del Golfo hasta quienes residen en barrios urbanos tradicionales como Duranguito, la Pequeña Habana o Chepa’s Park en Santa Ana, la consecuencia es la misma: otro invierno de hacer cuentas, revisar el termostato y buscar información sobre programas de ayuda energética estatales, federales y comunitarios para no quedarse atrás con la luz y el gas.

TIPS PARA REDUCIR EL CONSUMO DE GAS Y LUZ EN INVIERNO

  • Ajustar el termostato: bajar solo 1–2 grados la temperatura puede reducir el consumo sin perder demasiado confort; usar ropa térmica y cobijas adicionales en lugar de subir la calefacción todo el día.
  • Sellar puertas y ventanas: colocar burletes, toallas enrolladas o cintas aislantes en rendijas ayuda a evitar fugas de calor, algo clave en apartamentos antiguos donde viven muchas familias hispanas.
  • Aprovechar el sol y cerrar por la noche: abrir cortinas durante las horas de sol para calentar naturalmente las habitaciones y cerrarlas por la noche para conservar el calor acumulado.
  • Mantener filtros y equipos: limpiar filtros de calefacción y revisar calderas o hornos de gas una vez al año mejora la eficiencia y disminuye el riesgo de fugas o fallas peligrosas.
  • Usar electrodomésticos eficientes: cuando sea posible, elegir equipos con certificación de eficiencia energética y evitar dejar cargadores, televisores o consolas conectados en modo “stand by”.

MINI GUÍA PARA BUSCAR AYUDA TIPO LIHEAP Y OTROS APOYOS

  • Buscar programas oficiales: escribir en el buscador frases como “ayuda para pagar luz y gas en español” junto con el nombre del estado o condado (por ejemplo, “ayuda pagar gas Illinois español”) para encontrar páginas gubernamentales y organizaciones locales.
  • Revisar LIHEAP: ingresar al portal oficial de asistencia energética para hogares de bajos ingresos o a los sitios de servicios sociales de tu estado; allí suelen indicar requisitos, montos y fechas de aplicación.
  • Preguntar en organizaciones comunitarias: centros de apoyo a migrantes, iglesias, organizaciones latinas y consulados suelen tener personal que orienta sobre programas de ayuda para servicios públicos y, en algunos casos, brindan asistencia para llenar formularios.
  • Llamar a la compañía de luz o gas: muchas empresas tienen líneas de atención en español y pueden ofrecer planes de pago, acuerdos para evitar cortes y referencias a programas estatales o locales.
  • Preparar la documentación: para solicitar ayudas como LIHEAP u otros apoyos, conviene tener listos comprobantes de ingreso, identificación, contrato de renta o hipoteca y facturas recientes de luz y gas.

¡Mantente al tanto de los temas que importan en Estados Unidos 🇺🇸! Únete a nuestro canal de WhatsApp. 👉 y sé parte de nuestra comunidad. ¡Te esperamos!