
Contratar al candidato equivocado puede costarle caro a una empresa, no solo en dinero, sino en tiempo y en el ambiente laboral. David Royce, un experimentado emprendedor con más de dos décadas en el mundo de los negocios, lo sabe bien. Por eso, ha identificado dos red flags clave que pueden alertar sobre candidatos problemáticos desde la entrevista de trabajo. Aquí te las cuento para que sepas en qué debes fijarte.
Cuando se trata de entrevistar a candidatos para un puesto, Royce presta atención a ciertas características clave. “¿Son atractivos?”, menciona en CNBC Make It. “¿Pueden ser apasionados? ¿Pueden transmitir esa energía para motivarme a querer estar cerca de esa persona?”. Pero no solo busca cualidades positivas, sino que también está atento a dos señales de alerta que, cuando aparecen, lo hacen cuestionar seriamente la viabilidad de un candidato.

Un historial laboral inestable
Si un candidato ha tenido varios trabajos que no superan los seis a doce meses, eso es una señal de alerta. Existen muchas razones legítimas para dejar un empleo en menos de un año, como recibir una mejor oferta o encontrarse en un entorno laboral tóxico. Además, la inestabilidad del mercado y los despidos masivos en sectores como el tecnológico han obligado a muchos a buscar nuevas oportunidades inesperadamente.
Sin embargo, hay un límite en la cantidad de empleos de corta duración que se pueden justificar. Cuando un historial laboral muestra constantes cambios en menos de un año, Royce lo ve como un problema. Le hace cuestionarse si el candidato se aburre con facilidad, si tiene dificultades para integrarse a un equipo o, peor aún, si tampoco durará mucho tiempo en su empresa. “Probablemente puedas esperar aproximadamente la misma cantidad de longevidad con tu propia empresa”, advierte, lo que implicaría tener que reiniciar el proceso de contratación mucho antes de lo esperado.

La actitud hacia empleadores anteriores dice mucho
Royce también observa con atención cómo los candidatos hablan sobre sus antiguos trabajos. Para él, es normal que alguien tenga tanto experiencias positivas como negativas en su historial laboral. Sin embargo, si un candidato se enfoca excesivamente en lo negativo, eso le genera una gran preocupación. “Cuando esto sucede, es probable que el problema sea el empleado”, advierte al citado medio.
Personas con esta mentalidad pueden afectar el ambiente laboral, desmotivar a sus compañeros y, en el peor de los casos, generar un entorno tóxico que ahuyente a los mejores talentos. Por eso, Royce prefiere contratar a quienes mantienen una actitud positiva, que ven los desafíos como oportunidades y buscan maneras de mejorar. Según él, ese es el tipo de empleado que realmente impulsa el crecimiento de una empresa.