
Durante la presentación en Londres del informe LatAm Outlook 2026, elaborado por el centro de estudios británico Canning House, el analista señaló que la región difícilmente podrá asumir una lógica de alineamiento forzado en un escenario donde China acumula más de dos décadas de inversiones estratégicas en infraestructura y recursos naturales.
“Si EE.UU. no ofrece algo positivo, la región simplemente seguirá donde ya está: con China”, afirmó Linsker en declaraciones a EFE.
El informe sostiene que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Washington vuelve a situar al “hemisferio occidental” en el centro de sus prioridades, aunque no desde un enfoque cooperativo, sino mediante una agenda más coercitiva, que incluye sanciones, la designación de carteles como organizaciones terroristas y la exigencia de una definición explícita frente a Pekín.
Para Linsker, este planteamiento de “conmigo o contra mí” resulta poco viable en un continente donde China no solo domina el comercio, sino que se ha consolidado como un actor clave en sectores estratégicos.
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El impacto regional de un eventual ataque a Venezuela
El análisis advierte además que un eventual uso de ataques aéreos selectivos contra Venezuela, con el objetivo de desestabilizar al régimen de Nicolás Maduro, tendría consecuencias profundas en toda la región.
“Un escenario de bombardeos en América Latina supondría una pérdida enorme de legitimidad para Estados Unidos y un golpe severo a su poder blando”, señaló el experto, quien considera que un hecho de ese tipo aceleraría el acercamiento de los países latinoamericanos hacia China.
Respuestas fragmentadas frente al regreso de Trump
El informe de Canning House subraya que el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025 marcó “un cambio significativo” en la política estadounidense hacia América Latina, con un tono más asertivo y menos orientado al consenso.
Sin embargo, la respuesta regional ha sido heterogénea. Mientras líderes como Nayib Bukele, en El Salvador, y Javier Milei, en Argentina, optaron por un alineamiento estrecho con Washington, otros gobiernos, como los de Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, y Gustavo Petro, en Colombia, adoptaron posiciones más pragmáticas o abiertamente críticas.
La ausencia de una postura común, según el documento, refleja las divisiones internas que siguen condicionando la proyección internacional del subcontinente.
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Diversificación como estrategia, con límites comerciales
Ante la presión estadounidense y el peso creciente de China, varios países latinoamericanos buscan diversificar sus relaciones exteriores hacia regiones como el Golfo, India y el Sudeste Asiático. No obstante, el informe advierte que el potencial de intercambio comercial con estos mercados es limitado por la naturaleza de los productos exportados.
Al mismo tiempo, la región continúa atrayendo inversiones de economías emergentes, como Vietnam, interesadas en su oferta de recursos alimentarios y energéticos, lo que evidencia un cambio en la dinámica económica global.
Crecimiento moderado y riesgos persistentes
Según las proyecciones del estudio, América Latina mantendría una expansión moderada en 2026: Argentina crecería 3.9 %, Brasil 1 %, Colombia 1.9 %, México 1.3 %, Chile 1.7 % y Perú 2.6 %.
Los autores destacan que el subcontinente conserva un potencial relevante para revitalizar su economía, impulsado por la demanda de alimentos, minerales estratégicos y oportunidades vinculadas a la transición energética.
No obstante, el informe alerta sobre los persistentes riesgos de seguridad asociados a la violencia organizada y a los grupos criminales en países como México, Colombia, El Salvador y Ecuador, factores que siguen afectando la gobernabilidad y el clima de inversión.
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