
Los compradores de cobre en Estados Unidos pagarán un alto precio si el presidente Donald Trump impone un arancel del 50% al metal refinado, en lugar de aplicarlo a productos como los cables, según funcionarios chilenos.
Aunque Chile no ha recibido una notificación formal ni conoce los detalles de la medida, la ministra de Minería, Aurora Williams, señaló que la industria manufacturera estadounidense depende del cobre chileno.
Chile representa aproximadamente el 70% del cobre que se envía a EE.UU. y la empresa estatal Codelco aporta la mayor parte. Aun así, serían los compradores estadounidenses —fabricantes de productos semiacabados de cobre, como alambres, varillas y tubos— quienes asumirían el impuesto.
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No tendrían otra alternativa, ya que Estados Unidos depende de las importaciones para casi la mitad de sus necesidades de cobre.
Chile exporta “cobre refinado de primer nivel con una trazabilidad importante, por lo tanto, a nosotros nos interesa que esto sea debidamente reconocido en todos los mercados, no solo en EE.UU.”, declaró el jueves la ministra a la prensa en Santiago.

“La producción minera chilena, en todos sus ámbitos de acción, tiene un alto grado de responsabilidad, es altamente valorada y altamente necesaria para la industria manufacturera de Estados Unidos”, agregó.
Chile está buscando una exención arancelaria en sus conversaciones con funcionarios de Estados Unidos, dijo Williams. “Ese es un tema que está sobre la mesa”.
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Los compradores estadounidenses incurrirían en mayores costos si el arancel se aplica al metal refinado, afirmó el presidente ejecutivo de Antofagasta Plc, Iván Arriagada, al margen del mismo evento del sector.
“Sin duda, eso va a poner una presión a los fabricantes de productos de cobre en EE.UU., por lo que es una preocupación”, indicó.
Para proveedores chilenos como Antofagasta, Estados Unidos representa alrededor de una décima parte de las ventas totales de cobre. China es, por amplio margen, el principal comprador.
Es probable que el mercado del cobre siga siendo volátil, dijo Arriagada. Una vez que se introduzcan los aranceles, los consumidores en EE.UU. recurrirían a las reservas acumuladas con antelación, lo que afectaría la demanda.
Más allá de eso, “el cobre sigue siendo un metal que está en escasez relativa”, añadió.