
Con información de EFE y AFP
La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha decidido excluir de sus llamados “aranceles recíprocos” a una serie de productos electrónicos clave, incluidos los teléfonos inteligentes, computadoras personales y monitores de ordenador, una decisión que representa un alivio para los consumidores estadounidenses y las principales tecnológicas del país, especialmente aquellas con cadenas de suministro basadas en Asia.
La medida, difundida por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), también contempla la exención para otros componentes electrónicos como chips semiconductores, pantallas planas de televisión, unidades flash (‘pendrives’) y tarjetas de memoria. Según el aviso oficial, la exención se aplica a los productos que hayan ingresado a EE.UU. o salido de los almacenes en sus países de origen a partir del 5 de abril.
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Esta decisión busca suavizar el impacto de los aranceles del 10% anunciados por Trump a comienzos de abril, así como de los gravámenes específicos dirigidos contra China, que alcanzan un 145% en total, producto de un aumento del 125% sumado a un impuesto previo del 20%. Las exclusiones, sin embargo, no se extienden a todos los países: China sigue siendo el principal blanco de las medidas más severas.
El presidente estadounidense ha justificado estas acciones bajo el argumento de combatir prácticas comerciales “injustas” del gigante asiático. Además, ha vinculado los nuevos aranceles con la lucha contra el tráfico de fentanilo, alegando que China juega un papel central en las cadenas de suministro de esta sustancia, responsable de una crisis de salud pública que ha causado cientos de miles de muertes en EE.UU. en las últimas dos décadas.
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Para empresas como Apple, que depende en gran medida de la manufactura china, la exención supone una pausa en una creciente presión. De acuerdo con estimaciones de Wedbush Securities, alrededor del 90% del ensamblaje del iPhone se realiza en China. Everscore IS agrega que el 80% de los iPads y más de la mitad de las computadoras Mac también se producen en el país asiático.
Desde que se anunció la agresiva política arancelaria el pasado 2 de abril, Apple ha perdido más de US$ 640,000 millones de dólares en valor de mercado, siendo superada por Microsoft como la empresa con mayor capitalización bursátil en el mundo. “Esta decisión elimina por ahora una enorme nube negra sobre el sector tecnológico y la presión a la que se enfrentan las grandes tecnológicas estadounidenses”, opinó Dan Ives, jefe de investigación tecnológica en Wedbush.
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Aunque Trump ha otorgado una prórroga de 90 días para la aplicación plena de los “aranceles recíprocos” en general, como gesto para abrir espacio a negociaciones con otros países, China permanece excluida de este periodo de gracia, lo que ha intensificado las tensiones bilaterales y reavivado el temor a una guerra comercial de gran escala.
La industria tecnológica observa con cautela estos movimientos, ya que cualquier alteración en las tarifas de importación afecta directamente a los precios finales para los consumidores y al equilibrio global de las cadenas de suministro, altamente concentradas en Asia.