
Estados Unidos anunció el miércoles que solicitará a las aerolíneas cancelar vuelos a partir del viernes para “reducir la presión” sobre el control aéreo, un sector con un alto nivel de ausentismo debido al cierre del Gobierno Federal.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, dijo que se reducirá en un 10% la actividad de 40 importantes aeropuertos del país a partir del 7 de noviembre si el cierre persiste.
“Habrá una reducción del 10% de la capacidad en 40” aeropuertos, entre ellos los más concurridos del país, dijo en conferencia de prensa el secretario Sean Duffy.
Estados Unidos entró este miércoles en su 36º día de cierre gubernamental, el más largo de la historia, debido a la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso para aprobar un nuevo presupuesto.
“Una de las medidas será la reducción del 10% en la capacidad en 40 de nuestras ubicaciones. Esta decisión se basa en datos, en función de qué aerolínea tiene más vuelos y dónde se concentra la presión del sistema”, detalló Duffy después de explicar que hacen falta unos 2,000 controladores aéreos más para operar con normalidad.
“Nos hacen falta 2,000 controladores aéreos” por lo que es necesario “reducir la presión” con un número menor de vuelos a supervisar por parte de los equipos, explicó.
Desde el 1 de octubre, miles de funcionarios federales están en desempleo técnico y otros cientos de miles continúan trabajando, pero sin recibir sus salarios hasta que concluya la crisis.
Más de 60,000 controladores aéreos y agentes de seguridad del transporte están en el segundo grupo. Por ello, en lugar de trabajar sin sueldo durante varias semanas, algunos no se presentan.
“Vamos a pedir a las compañías aéreas que trabajen con nosotros para reducir sus planes de vuelo”, dijo el jefe de la agencia que regula el tráfico aéreo, la FAA, Bryan Bedford.
“Podemos tomar medidas hoy para evitar que la situación empeore”, añadió.
“Hoy el sistema es extremadamente seguro y lo será mañana. Y si la presión sigue aumentando, incluso después de tomar estas medidas, volveremos y tomaremos medidas adicionales”.
Bedford, con 35 años de carrera en el sector, consideró que la situación es “muy inusual”.
“A nuestros controladores no les pagan desde hace un mes. Estamos ansiosos de trabajar normalmente de nuevo”.
El funcionario detalló que los controladores que siguen operando hacen “horas extras y trabajan más días”.
“Queremos reducir esta presión antes de que se vuelva un problema”, explicó Bedford.
Elaborado con información de AFP y EFE







