
El Gobierno de Biden hizo un llamado a los países de la OPEP y a los reguladores en Estados Unidos a hacer más por garantizar un suministro estable de energía, con un enfoque específico en los precios minoristas de la gasolina que el presidente Joe Biden prometió a mantener en niveles asequibles.
“Si bien la OPEP+ acordó recientemente aumentos en la producción, estos aumentos no compensarán por completo los recortes de producción previos que impuso la OPEP+ durante la pandemia hasta bien avanzado el año 2022″, dijo el miércoles el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en un comunicado. “En un momento crucial en la recuperación mundial, esto simplemente no es suficiente”.
El director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, pidió además a la presidenta de la Comisión Federal de Comercio, Lina Khan, que utilice todas las herramientas disponibles –como realizar controles de precios, revisar la actividad de fusiones y adquisiciones e investigar manipulación del mercado– para detener las fluctuaciones de precios.
“Durante esta temporada de verano, ha habido divergencias entre los precios del petróleo y el costo de la gasolina en los surtidores. Si bien muchos factores pueden afectar los precios de la gasolina, el presidente quiere asegurarse de que los consumidores no paguen más por la gasolina debido a prácticas anticompetitivas u otras prácticas ilegales”, escribió Deese.
En Estados Unidos, el país que más petróleo consume en el mundo, los precios de la gasolina se han mantenido firmes por encima de los US$ 3 el galón en los últimos meses, lo que ejerce presión sobre los conductores que están regresando a las calles a medida que disminuyen las restricciones por la pandemia.
En el pasado, Estados Unidos ya ha instado a la OPEP+ a aumentar los suministros, la última vez fue en abril, cuando la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, llamó a su homólogo saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, a poner de relieve la importancia de la “energía asequible”.
La alianza OPEP+ de 23 naciones liderada por Arabia Saudita y Rusia acordó en julio reactivar el resto de la producción que suspendió durante la pandemia en prudentes cuotas, de 400,000 barriles por día cada mes.
La agenda económica de Biden incluye una promesa de no aumentar los impuestos a los estadounidenses de clase media, incluso en las gasolineras.