
El último revés judicial del presidente Donald Trump en materia de aranceles aumenta la incertidumbre para los importadores estadounidenses y retrasa los dividendos económicos que el secretario de Comercio, Howard Lutnick, había pronosticado que generaría la administración.
El fallo de un tribunal de apelaciones de Estados Unidos emitido a última hora del viernes, que declaró ilegales la mayoría de los aranceles de Trump, añade un nivel de complejidad y pone en duda la autoridad del presidente para imponer impuestos a las empresas con el fin de incentivarlas a producir o abastecerse en el país.
Los jueces permitieron que los gravámenes se mantengan mientras avanza el caso, lo que amenaza con congelar las decisiones de inversión corporativa hasta que los costos de los aranceles estén más claros.

“Sabemos que estos aranceles seguirán en vigor hasta mediados de octubre como mínimo, y luego Trump probablemente los lleve a la Corte Suprema”, dijo Jennifer McKeown, economista jefe global de Capital Economics, en Bloomberg Television el lunes. “Así que todavía podría haber un retraso muy largo antes de que realmente sepamos qué está pasando”.
Ese calendario no solo representa un freno para el crecimiento, sino también posibles desafíos políticos para Trump, quien ha privilegiado la velocidad sobre la sustancia en la negociación de acuerdos comerciales y prometido que los compromisos de inversión que obtiene derivarán en un renacimiento manufacturero. Los mercados financieros en Asia y Europa parecieron ignorar el fallo el lunes, mientras que el mercado estadounidense no operó por el feriado del Día del Trabajo.
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“Para cualquier empresa que haga negocios con EE.UU., esto significa que no se tomarán decisiones estructurales corporativas ahora”, dijo Carsten Brzeski, jefe global macro de ING. “Aunque los mercados parecen haberse vuelto insensibles a todo lo relacionado con el comercio, el fallo judicial traerá de vuelta la incertidumbre”.
Jonathan Gold, vicepresidente de política de cadena de suministro y aduanas de la Federación Nacional de Minoristas, dijo en un comunicado tras el fallo que “la constante inestabilidad amenaza el crecimiento económico y, en última instancia, con toda seguridad, se traducirá en precios más altos de bienes y servicios que pagarán los consumidores estadounidenses”.
“El poder de la economía”
En marzo, Lutnick describió un escenario en el que las políticas comerciales de Trump se traducirían en inversiones que impulsarían la construcción a partir de ahora.
“En el tercer trimestre se empezará a sentir algo de Donald Trump y en el cuarto trimestre se sentirá el poder de la economía de Donald Trump”, dijo en Bloomberg Television.
Ese sentimiento inicial de confianza se ha debilitado, en tanto la implementación de los aranceles resultó más complicada de lo esperado y los acuerdos comerciales con economías como la Unión Europea, Japón y Corea del Sur fueron marcos vagos e inaplicables, en lugar de pactos integrales que ofrecieran previsibilidad.

Mientras tanto, la economía estadounidense aún no refleja el vigor que Lutnick describió hace casi seis meses.
Un informe del Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés), publicado el martes, mostró que la industria manufacturera estadounidense se contrajo en agosto por sexto mes consecutivo, con una caída de la producción manufacturera y cuando el índice de empleo del sector se muestra aún débil. El índice de ISM -basada en las respuestas de un panel de empresas- fue de 48.7% el mes pasado, un poco por encima del 48.0% de julio. Aunque mejor de lo esperado, el indicador aún se encuentra por debajo de 50%, que es la cifra que muestra una expansión del sector.
Mientras tanto, otro informe que se divulgará el viernes probablemente mostrará que los empleadores se mostraron reacios a contratar trabajadores durante agosto, y que la tasa de desempleo alcanzó su nivel más alto en casi cuatro años.
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Simon Evenett, profesor de geopolítica y estrategia en la IMD Business School, señaló que algunas empresas han decidido producir más en Estados Unidos. Pero para aquellas en modo de espera, el caso probablemente “empujará las aprobaciones hasta el tercer trimestre de 2026”, añadió.
Una economía estadounidense que avance con dificultad hacia el próximo año podría socavar los argumentos de los republicanos de que el proteccionismo está funcionando, así como poner en riesgo las posibilidades del partido en las elecciones legislativas de medio término en noviembre de 2026.
El bajo crecimiento también podría agravar los problemas presupuestarios del país que Trump dijo que sus aranceles ayudarían a resolver. Entre los aspectos positivos de los gravámenes hasta ahora ha estado el ingreso adicional que fluye al Tesoro mediante los pagos de los importadores.
Según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, una decisión de la Corte Suprema que confirme el fallo de primera instancia significaría que el 71% del impacto de ingresos proyectado de las políticas arancelarias de Trump implementadas este año “desaparecería”.
“Según nuestras estimaciones previas, tal fallo significaría que el impacto en los ingresos caería de US$ 2.8 billones a solo US$ 800,000 millones en términos convencionales hasta el año fiscal 2034”, señaló el CRFB, un grupo centrista de control fiscal.