
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) inauguran esta semana sus reuniones de primavera en un contexto marcado por la creciente incertidumbre económica global y las tensiones derivadas de las políticas comerciales de Estados Unidos.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, adelantó que las próximas proyecciones económicas globales incluirán recortes significativos en las estimaciones de crecimiento, así como ajustes al alza en las previsiones de inflación para algunos países. “No anticipamos una recesión, pero sí una desaceleración del crecimiento económico”, señaló días antes del inicio del evento.
Durante esta semana, el organismo publicará su tradicional informe de perspectivas económicas globales (WEO, por sus siglas en inglés), así como el Monitor Fiscal y el Informe de Estabilidad Financiera Global. En estos documentos se espera una evaluación actualizada del panorama bancario y de la economía internacional.
Georgieva advirtió que la volatilidad en los mercados financieros se ha incrementado, impulsada por una pérdida de confianza en el sistema multilateral y en las relaciones comerciales internacionales. “La incertidumbre en torno a la política comercial es considerable”, afirmó.
Las sesiones privadas entre autoridades de los países miembros y los foros públicos programados hasta el 26 de abril en Washington abordarán también temas específicos como la creación de empleo y la gestión de la deuda en países en desarrollo.
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En esa línea, el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, ha señalado que la generación de empleo es una prioridad en la estrategia del organismo para combatir la pobreza. Según Banga, en los próximos diez años cerca de 1.200 millones de jóvenes ingresarán al mercado laboral en países en desarrollo, cifra que excede en 780 millones la cantidad de nuevos puestos que se espera generar.
Banga también se refirió al impacto de las políticas proteccionistas implementadas por el gobierno de Donald Trump. En su opinión, las economías más abiertas históricamente han mostrado mayor capacidad de crecimiento y resiliencia frente a crisis económicas.
Las tensiones comerciales no son el único foco de atención. Las reuniones se realizan en un momento en que el gobierno estadounidense revisa su participación en organismos multilaterales. Estados Unidos es el principal accionista tanto del FMI como del BM, y existen dudas sobre su continuidad en iniciativas clave, como el compromiso de US$ 4 mil millones con la Asociación Internacional de Fomento (AIF), asumido por la administración anterior.
La economista Rachel Glennerster, presidenta del Centro para el Desarrollo Global, anticipó que uno de los principales temas de debate durante esta semana será precisamente la postura de Estados Unidos frente a estas instituciones.
El encuentro representa una oportunidad para evaluar el impacto económico de las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense desde el inicio del segundo mandato de Trump, especialmente aquellas relacionadas con el comercio exterior.
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