
Hyundai anunció este jueves que invertirá US$ 2,700 millones en los tres próximos años en su planta del estado de Georgia, donde tuvo recientemente lugar una redada migratoria que se saldó con la detención y posterior salida de Estados Unidos de más de 300 trabajadores surcoreanos.
Esta inversión se enmarca en la hoja de ruta hasta 2030 que el fabricante de Corea del Sur reveló hoy en un comunicado, y que tiene entre otros objetivos aumentar la capacidad de producción de Hyundai Motor Group Metaplant America (HMGMA) a 500,000 unidades para 2028, principalmente vehículos híbridos y eléctricos.
“Hyundai Motor tiene como objetivo producir más del 80% de los vehículos vendidos en Estados Unidos a nivel nacional para 2030, y el contenido de la cadena de suministro aumentará del 60% al 80%”, agregó.
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La empresa informó por primera vez de sus planes de expansión en Estados Unidos el pasado marzo durante la inauguración de la planta de vehículos eléctricos en Georgia.
Sin embargo, estas mismas instalaciones fueron el lugar de una redada el pasado 4 de septiembre en la que las autoridades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) detuvieron a unos 475 trabajadores, incluidos más de 300 ciudadanos surcoreanos.

El suceso -incluyendo imágenes de los detenidos esposados por las muñecas, la cintura y los tobillos- elevó las tensiones entre los Gobiernos de Corea del Sur y Estados Unidos. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los trabajadores detenidos ingresaron al país ilegalmente, se quedaron más tiempo del permitido por sus visas o ingresaron con exenciones de visa que no les permiten trabajar.
El presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, sin embargo, defendió que dichos trabajadores no iban a trabajar a largo plazo en EE.UU., sino que estaban allí para instalar la maquinaria necesaria y regresar a Corea del Sur lo antes posible.
La detención de los surcoreanos dio lugar a una reunión la semana pasada en Washington entre el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el canciller surcoreano, Cho Hyun, y finalmente los más de 300 ciudadanos abandonaron el país rumbo a Corea del Sur en un avión fletado por el gobierno de su país.
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La aeronave también transportó transporta a 14 inmigrantes chinos y japoneses, de acuerdo a la Cancillería surcoreana.
La hoja de ruta desvelada hoy añade que la planta en Georgia producirá una combinación de 10 modelos híbridos y eléctricos. El objetivo del fabricante es expandir la producción mundial a 5.6 millones de vehículos al año para 2030.
Retraso en obras
La semana pasada, el director ejecutivo de Hyundai, José Muñoz, dijo en una entrevista que las obras de construcción de la planta de baterías se estaban retrasando varios meses, debido a que las empresas involucradas se enfrentan a una escasez de trabajadores.
“Esto nos va a suponer un retraso mínimo de dos o tres meses, porque ahora toda esta gente quiere volver”, afirmó. “Entonces hay que ver cómo se pueden cubrir esos puestos. Y, en su mayoría, esas personas no están en Estados Unidos”.
El fabricante de automóviles surcoreano gestiona la planta junto con LG Energy Solution Ltd., que afirmó en un comunicado que “está comprometida con nuestros proyectos en Estados Unidos y seguirá gestionando la situación con el objetivo de continuar con las inversiones y los negocios necesarios”.
La operación sembró dudas sobre miles de millones de dólares de inversiones futuras de empresas coreanas en Estados Unidos. Las obras de construcción se interrumpieron en varias instalaciones de LG Energy Solution en todo Estados Unidos, mientras que algunos empleados coreanos se resistían a aceptar asignaciones por temor a verse envueltos en redadas similares.
Con información de EFE y Bloomberg