
Una métrica de valoración clave promovida por el legendario inversor Warren Buffett indica que las acciones están relativamente baratas, lo que refuerza la tesis de que la fuerte recuperación de las acciones estadounidenses tiene margen para seguir subiendo.
El “indicador Buffett” mide la relación entre el valor total del mercado bursátil estadounidense, a través del índice Wilshire 5000, y el valor en dólares del producto bruto interno (PBI) de Estados Unidos.
Se encuentra en su nivel más bajo desde principios de septiembre, incluso después del repunte que ha disparado las acciones en las últimas semanas.
El director ejecutivo de Berkshire Hathaway, de 94 años, que celebrará su reunión anual en Omaha, Nebraska, este fin de semana, ha afirmado que “la mejor medida de la situación de las valoraciones” es la relación entre el valor de las empresas que cotizan en bolsa en Estados Unidos y el PBI del país.
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El indicador dio la voz de alarma a finales del año pasado, cuando se disparó a un máximo histórico, repitiendo señales similares enviadas durante los picos del mercado en 2021 y antes del estallido de la burbuja puntocom en 2000.
La medida se sitúa ahora en el 180%, aproximadamente donde se encontraba después de que la liquidación del carry trade del yen japonés provocara una breve, pero intensa, ola de ventas el año pasado. Esa caída del mercado bursátil allanó el camino para un potente repunte del índice S&P 500 en los últimos meses de 2024.

“Se trata de un indicador crucial, ya que ayuda a los operadores a saber cuándo desplegar capital y comprar acciones”, afirmó Adam Sarhan, fundador de 50 Park Investments, que ha estado acumulando acciones de las grandes tecnológicas.
“Hay motivos para seguir preocupados por la guerra comercial mundial, pero si Trump no se pone duro con los aranceles, la gente va a comprar, comprar y comprar, ya que ahora las valoraciones son mucho más razonables”, agregó.
Las métricas de valoración de todo tipo han cobrado mayor importancia este año a medida que los inversores tratan de determinar si la venta masiva provocada por los aranceles ha dejado las acciones más baratas en relación con sus indicadores fundamentales.
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Estos cálculos se complican por el repunte del 12% del S&P 500 desde sus mínimos de abril, lo que hace que los operadores se pregunten si deben apostar por que el impulso eleve aún más el índice o reforzar las coberturas y apostar por una caída. El índice sigue estando casi un 9% por debajo de su récord de febrero.
Además de los giros impredecibles de la guerra comercial del presidente Donald Trump, los inversores se preparan para varias semanas más de temporada de resultados y la reunión de la Reserva Federal de la próxima semana como posibles catalizadores que podrían determinar la trayectoria de las acciones.
Por su parte, el indicador sigue por encima de los niveles que alcanzó durante los mínimos anteriores del mercado, incluida la venta masiva provocada por el covid-19 a principios de 2020, cuando cayó hasta casi el 100%.
Otros indicadores de valoración habituales muestran una situación similar: el S&P 500, por ejemplo, se sitúa ahora en 20.6 veces las ganancias futuras, un 8% menos que a principios de año, aunque sigue por encima del promedio de los últimos diez años, que es de 18.6 veces.