Miles de personas salieron este sábado a las calles de ciudades grandes y pequeñas en Estados Unidos para protestar contra el expresidente Donald Trump, en manifestaciones convocadas bajo el lema “No Kings” (“Sin reyes”), en defensa de la democracia y en rechazo a lo que consideran acciones autoritarias de su gobierno.
Desde Filadelfia hasta Los Ángeles, pasando por Nueva York, Charlotte, Houston y Denver, las protestas reunieron a multitudes con mensajes en favor de los inmigrantes, los derechos civiles y el Estado de derecho.
Los organizadores, agrupados en el Movimiento 50501 —una referencia a los 50 estados, 50 protestas y un solo movimiento— informaron que se planificaron concentraciones en unos 2,000 puntos del país.
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En Filadelfia, miles se congregaron en Love Park para luego marchar por el Ben Franklin Parkway hasta las escalinatas del Museo de Arte. “¿Quieren un estado mafioso o quieren libertad de expresión?”, arengó el congresista demócrata Jamie Raskin ante una multitud que coreaba: “¡Son nuestras calles!”
Mientras tanto, Trump permanecía en Washington asistiendo a un desfile militar por el 250 aniversario del Ejército, coincidente con su cumpleaños. En la capital, los manifestantes portaban una enorme pancarta con la leyenda: “Trump debe irse ahora”.
En Carolina del Norte, los asistentes marcharon por Charlotte entre consignas como “No tenemos reyes” y “Donald Trump tiene que irse”, mientras en Los Ángeles las protestas incluyeron danzas indígenas, carteles contra las redadas migratorias y una piñata de Trump con corona y sombrero mexicano.
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En algunos estados, como Minnesota, las movilizaciones fueron canceladas tras ataques con armas de fuego contra dos legisladores demócratas y sus cónyuges. En otros puntos, como Atlanta y el sur de Florida, las autoridades desplegaron tropas de la Guardia Nacional y pidieron calma, sin que se registraran incidentes graves hasta el mediodía.
Los manifestantes ondearon banderas estadounidenses —algunas al revés como símbolo de aflicción—, carteles con frases como “Deporta a los mini-Mussolinis” o “La disidencia es patriótica”, y expresaron su preocupación por las políticas migratorias, la militarización de las ciudades y la erosión de las instituciones democráticas.
“Si no lo detenemos ahora, no hará más que empeorar”, advirtió Jocelyn Abarca, una joven estudiante en Charlotte. La frase resumió el ánimo de unas protestas que, bajo una lluvia intermitente o el calor veraniego, unieron a miles de voces en un mismo grito: sin reyes, sin coronas, y sin Trump.
