
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, señaló este miércoles que hay una incertidumbre “inusualmente elevada” y apuntó a que las expectativas de inflación a corto plazo han crecido, con los aranceles como factor impulsor.
La Fed resistió este miércoles a la presión del mandatario estadounidense, Donald Trump, y dejó las tasas en su rango actual del 4.25% al 4.5% a la espera de tener mayores datos sobre los efectos de la política arancelaria lanzada por Washington.
Su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) cumplió las expectativas y respetó su postura de no reaccionar hasta que se pueda emitir un juicio más claro sobre el impacto de los gravámenes.
“Podemos permitirnos hacerlo porque el desempleo está en el 4.2%”, dijo en una conferencia de prensa su presidente, Jerome Powell.
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El resto de indicadores respaldan igualmente su voluntad de cautela: la inflación subió en mayo un 2.4% interanual, solo una décima por encima del dato de abril, y el Producto Bruto Interno (PBI) se contrajo un 0.2% en el primer trimestre a ritmo anualizado, lo que según la cifra revisada supone una décima menos que en el cálculo anterior.
“Es difícil saber con confianza cómo deberíamos reaccionar hasta que veamos realmente el impacto de los efectos”, insistió Powell.
La Administración de Trump se encuentra actualmente negociando la sustitución de los mal considerados “aranceles recíprocos” por nuevos porcentajes. De momento, el único pacto sellado formalmente ha sido con el Reino Unido.
“No sabemos en qué se quedarán, pero es bastante evidente que lo harán más alto de lo pronosticado”, añadió Powell, no sin destacar que las barreras arancelarias no son la única fuente de incertidumbre.
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“Es sin duda un momento de verdadero cambio desde un punto de vista geopolítico, comercial y migratorio. No solo aquí, sino en todas partes. Están sucediendo muchas cosas. Esto no cambia la forma en que aplicamos la política monetaria a corto plazo, ni tampoco cambia nuestros objetivos”, dijo.
El presidente de la Fed reiteró así la independencia de su organismo, al que Trump tiene en el punto de mira por no aplicar recortes con mayor celeridad. Este mismo miércoles el líder republicano le reprochó “motivos políticos” para no hacerlo y advirtió que al país le está “costando caro”.
Mientras la economía siga sólida, según Powell, lo correcto es quedarse donde están.
El FOMC había coincidido en que la política monetaria se ajustará “según corresponda si surgen riesgos que puedan obstaculizar el logro de sus objetivos” y que sus evaluaciones tendrán en cuenta “una amplia gama de información, incluyendo datos sobre las condiciones del mercado laboral, las presiones y expectativas inflacionarias y la evolución financiera e internacional”.
Las tasas se han mantenido en el 4.25% y 4.5% desde la reunión de enero, cuando la Fed rompió el ciclo de bajadas iniciado el pasado setiembre.
La mediana de los pronósticos de sus gobernadores previó este miércoles en un informe aparte de perspectivas dos recortes para 2025, hasta situarse en el 3.9% (el equivalente a un rango del 3.75% al 4%).
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Estas cifras reflejan que la mayoría cree que esos descensos se producirán, aunque no significa forzosamente que los vaya a haber.
En ese mismo documento rebajó a un 1.4% su proyección de crecimiento económico para este año, lo que significa una disminución de tres décimas con respecto al 1.7% estimado en marzo, y vaticinó que en 2025 y 2026 el desempleo aumentará ligeramente hasta el 4.5 % (de un 4.4% y 4.3% anteriores).
Powell recalcó que hay una incertidumbre “inusualmente alta”, pero también que esta tuvo su pico en abril y que desde entonces ha ido disminuyendo.
La próxima reunión tendrá lugar el 29 y 30 de julio.
“Lo que todo el mundo en el FOMC quiere es una economía estadounidense sólida con un mercado laboral fuerte y estabilidad de precios. Tomaremos decisiones más inteligentes y mejores si simplemente esperamos un par de meses, o el tiempo necesario, para tener una idea realmente del impacto en la inflación, el gasto, la contratación y todas esas cosas”, concluyó.