
La presidencia de Donald Trump ha llevado a los mercados financieros globales a su etapa más complicada desde la Segunda Guerra Mundial, marcada por un resurgimiento del proteccionismo y una aceleración del proceso de desglobalización. Analistas coinciden en que esta nueva era económica está redefiniendo la asignación de activos y creando un escenario fragmentado.
Si Trump mantiene su postura, nuevos aranceles entrarán en vigor el próximo 7 de agosto: se impondrá un 15 % a productos de la UE y Corea del Sur, un 25 % a India, 30 % a Sudáfrica y 35 % a Canadá. China, por ahora, mantiene un acuerdo temporal con EE.UU. Este giro comercial amenaza con afectar seriamente al comercio global.
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Desde BlackRock, Javier García Díaz destaca que estamos ante un cambio histórico en el que la cooperación internacional da paso a un mundo más dividido. En la misma línea, Eric Veiel, de T. Rowe Price, advierte que esta desglobalización perjudicará especialmente a EE.UU. y China, mientras abre paso a oportunidades más dispersas.
En el ámbito bursátil, las “Siete Magníficas” del sector tecnológico están perdiendo fuerza frente a otros sectores, lo que podría llevar a un mercado menos concentrado y más diversificado. Mientras tanto, en los mercados de bonos, la política arancelaria y la expansión fiscal en Alemania han alterado el equilibrio global, elevando la inflación y los rendimientos.
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Los expertos de Ibercaja y Wellington Management indican que la volatilidad y la política comercial errática están poniendo a prueba la gestión activa. Si se estabiliza el entorno comercial, podría producirse una reactivación inflacionaria, aunque eso podría dejar obsoletas las actuales políticas monetarias.
Wellington Management advierte que los aranceles funcionarían como un impuesto directo a los consumidores estadounidenses, impactando negativamente el crecimiento económico. Además, el encarecimiento y la ineficiencia de las cadenas de suministro debilitarán aún más la oferta.
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Desde Singular Bank se subraya que el nacionalismo económico de Trump, bajo el lema “Make America Great Again”, aleja al país de su tradicional papel como garante del orden internacional. A esto se suman las dudas sobre su plan fiscal, lo que podría generar más inflación y aumentar el déficit presupuestario.
Como resultado de este complejo panorama, los expertos prevén que la economía de EE.UU. crecerá solo un 1,5 % en 2025, su ritmo más bajo desde 2011 si se excluye el impacto de la pandemia de 2020.

 
 





