
La compañía alemana de componentes automovilísticos y electrodomésticos Bosch informó este jueves de que quiere recortar 13,000 empleos más hasta 2030, sobre todo en las fábricas en Alemania de su división de movilidad, que afronta dificultades por la crisis que atraviesa el sector automovilístico.
El director de Personal de Bosch, Stefan Grosch, dijo que la compañía debe reducir urgentemente y de forma duradera los costes del área de componentes automovilísticos y mejorar su competitividad.
“Lamentablemente no podemos evitar más recortes de empleos a los que ya hemos comunicado”, añadió el director de Personal de Bosch.
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La filial de movilidad de Bosch, en la que ahora trabajan 70,000 personas y que había comunicado una reducción de 9,000 empleos en Alemania a comienzos del año pasado, reacciona con una reducción de costes de 2,500 millones de euros (US$ 2,930 millones) a la crisis que atraviesa la industria automovilística alemana y desde finales de 2023 ha anunciado varias reducciones de personal.
Bosch empleaba a 417,900 personas en todo el mundo a finales de 2024, 11,600 menos que un año antes.
En Alemania el número de empleados de Bosch ha caído un 3.4% (4,500 empleos), hasta unos 129,600 empleos.
Crisis en sector automotor
La medida de Bosch subraya la creciente presión sobre la base industrial de Alemania. Fabricantes de automóviles y proveedores lidian con costos arancelarios, menor demanda y la competencia de los productores chinos. Las presiones demográficas en la mayor economía europea elevan los costos laborales, mientras que los precios de la energía permanecen altos tras la invasión rusa a Ucrania.
Varios proveedores de autopartes enfrentan capacidad ociosa y están bajo presión de los fabricantes para reducir precios, aun cuando sus propios costos de insumos se incrementan. Volkswagen AG y Porsche AG están reduciendo personal y producción para contrarrestar las débiles ventas en China y el impacto de los aranceles en Estados Unidos.
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Al mismo tiempo, los competidores chinos ganan participación con baterías, motores y componentes electrónicos más baratos, erosionando los márgenes de los fabricantes tradicionales. Los pares de Bosch, Continental AG y ZF Friedrichshafen AG, también están recortando gastos.
“Los desarrollos geopolíticos y las barreras comerciales como los aranceles están creando incertidumbres significativas con las que todas las compañías deben lidiar”, dijo Markus Heyn, miembro del directorio de Bosch a cargo del negocio de movilidad. “Esperamos que la competencia se intensifique aún más, por lo que nuestro objetivo es aprovechar oportunidades de crecimiento donde sea posible y preparar nuestros sitios de Movilidad en todo el mundo para el futuro”.
Bosch, de propiedad privada, es uno de los nombres más importantes en el sector automotor. Fabrica desde bujías hasta software de conducción automatizada, y ha invertido fuertemente en nuevas tecnologías, incluidos el hidrógeno y los vehículos eléctricos. La compañía empleaba a 417,900 personas a finales del año pasado.

Los recortes representan un revés para el canciller alemán Friedrich Merz, cuyo partido ha quedado detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania en las encuestas. Merz ha intentado reforzar la confianza con paquetes de gasto y su iniciativa de inversión “Made for Germany” —respaldada por Bosch—, pero las manufactureras del país siguen eliminando miles de puestos en industrias como el acero, los químicos y los automóviles.
En Bosch, los recortes más profundos se concentrarán en la histórica base de la empresa en la región de Stuttgart. En Feuerbach, donde Bosch fabrica componentes diésel y ha invertido en tecnología de hidrógeno, se perderán unos 3,500 empleos hacia 2030, debido a la caída de la demanda que deja plantas subutilizadas. En Schwieberdingen se eliminarán cerca de 1,750 puestos, reflejando pedidos débiles y la lenta adopción de nuevas tecnologías.
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En Waiblingen, Bosch planea cerrar en 2028 una planta con 560 trabajadores que produce conectores para la industria automotriz, tras años de caída en los volúmenes. En Bühl, un centro de pequeños motores eléctricos, la compañía prevé recortar unos 1,550 empleos, mientras que alrededor de 1,250 puestos desaparecerán en Homburg, donde la producción aún se concentra en piezas para camiones diésel.
El proveedor indicó que ya ha informado a los trabajadores y sus representantes, y que buscará soluciones socialmente responsables cuando sea posible. Aun así, la gerencia subrayó que se necesita actuar con rapidez para recuperar competitividad.
“Alemania sigue siendo central para Bosch”, dijo el director laboral Stefan Grosch. “Pero tenemos que volvernos más eficientes para mantenernos firmes en la competencia global”.
Elaborado con información de EFE y Bloomberg