
China realizó y completó el primer viaje de una nueva ruta marítima hacia Europa a través del Ártico, un trayecto que el gobierno del país asiático promociona como el inicio de un corredor regular dentro de su ambiciosa “Ruta de la Seda Polar”.
Con este proyecto, China busca abrir un tercer corredor marítimo hacia el continente europeo, reducir costes y reforzar su autonomía en un mapa internacional de rutas cada vez más inestable.
El viaje, por ahora estacional, promete tiempos de transporte más cortos y menores emisiones contaminantes, pero también se cuestiona la viabilidad ambiental de un tramo que depende del deshielo acelerado del Ártico y de la cooperación con Rusia.
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China aspira a transformar esta conexión en un servicio regular para 2026, mientras se observa cómo el cambio climático convierte la geografía polar en un nuevo tablero económico y estratégico.
Para China, esta vía representa un tercer corredor marítimo entre Asia y Europa, junto a las rutas tradicionales que atraviesan el canal de Suez o bordean el cabo de Buena Esperanza.
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Según Yang Linsheng, de la Academia China de Ciencias, el país “quiere incorporar el Paso del Nordeste a su sistema de transporte global”, lo que podría trasladar entre un 10 % y un 30 % del comercio sino-europeo y aliviar rutas saturadas.
El proyecto se basa en la Ruta Marítima del Norte rusa, donde Rusia prevé invertir hasta 1.8 billones de rublos (unos 22 mil millones de dólares) hasta 2035 y mantener el tránsito con rompehielos todo el año, según informó la cadena estatal CCTV.
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Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Lin Jian, adelantó que el gobierno de su país “cooperará con Rusia y otros países interesados en el desarrollo y la protección del Ártico”.
Cabe recordar que el portacontenedores Istanbul Bridge llegó hace dos semanas a Gdansk, ciudad ubicada en Polonia desde Ningbo, ciudad china de Zhejiang, completando el primer viaje de la Ruta Ártica Exprés China-Europa.
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La conexión completó su primer trayecto en veinte días, dos más de lo previsto, frente a los cuarenta o cincuenta que tarda un barco por el canal de Suez o el cabo de Buena Esperanza.
El objetivo operativo de China es reducir el tránsito a 18 días entre los puertos de Ningbo y Felixstowe, en Reino Unido.
Elaborado con información de EFE.








