Los centros médicos en Rusia están recibiendo un tercio menos de suministros de medicamentos para abortos, según informa hoy el diario Kommersant, justo cuando el Gobierno se esfuerza en combatir el drástico descenso de la natalidad.
En 2024, el suministro de fármacos para tratar el aborto fue de 636,300 envases, un 33% menos en comparación con el año anterior (casi un millón) y una reducción del 46% frente a 2022 (1.3 millones), según los datos que ofrece la consultora farmacéutica RNC Pharma.
En particular, esta agencia asegura que el pasado año hubo un mínimo histórico de suministros de Misoprostol y Mifepristona.
Los expertos rusos no se ponen de acuerdo en cuanto a las razones de esta caída, aunque lo sitúan en el mayor uso de anticonceptivos; la cantidad todavía en stock; la menor frecuencia en las relaciones sexuales entre los rusos y determinadas medidas por parte del Gobierno para regular los abortos e impulsar la natalidad.
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RNC Pharma informó de que “consecuentemente aumentan” las ventas de anticonceptivos de emergencia (aquellos que se utilizan después de haber tenido relaciones sexuales).
A su vez, en 2024 crecieron también las ventas de píldoras anticonceptivas femeninas hasta el 4%, lo que se tradujo en un aumento del 15% de ingresos en comparación con 2023.
“Hace dos años se practicaron 500,000 abortos, el pasado año fueron 400,000″, señaló la ginecóloga Liubov Yeroféeva al rotativo.
Según la obstetra y ginecóloga Victoria Shustova, más de 500 clínicas privadas anularon su licencia para poder practicar abortos y añade que esto probablemente esté relacionado con las políticas oficiales, ya que, por ejemplo, la gran mayoría de regiones rusas han introducido sanciones administrativas de hasta 200,000 rublos (más de 2,200 euros) por recomendar practicar el aborto.
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Para el Ministerio de Salud de Rusia, la disminución del suministro es consecuente con la caída de la demanda gracias a las políticas que promueven un aumento de la natalidad, incluida la introducción de ‘la semana del silencio’ para que la paciente pueda pensarse mejor su decisión.
También señalan otras, como la publicidad y las medidas sociales de ayuda para las familias y los niños.
Rusia arrastra un grave problema de natalidad desde la caída de la URSS, pero la situación se agravó en 2024, que el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró como ‘El año de la familia’, y sufrió la tasa de nacimientos más baja desde 1999.
Las autoridades están tratando ahora más que nunca de revitalizar el nacimiento de rusos a través de la propaganda de valores tradicionales, lo que ha llevado a debatir la prohibición de los abortos, condenar las relaciones homosexuales y el estilo de vida sin hijos, costumbres de las que responsabilizan al liberalismo “estéril” de Occidente.
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