
El frente de países emergentes y petroleros ganó la partida: la COP30 en Belém finalizó este sábado con un acuerdo de mínimos ante la emergencia climática que no menciona explícitamente el abandono de las energías fósiles.Tras dos semanas de negociaciones, la primera COP de la ONU en la Amazonía logró poner de acuerdo a casi 200 países en un momento en que el multilateralismo flaquea, pero a costa de rebajar las ambiciones.El texto final aboga por acelerar la acción climática de manera “voluntaria” y a triplicar la financiación para la adaptación climática de países en desarrollo.
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Unos 80 países, entre ellos Colombia, Francia y España, se habían movilizado por obtener una hoja de ruta para salir del gas, el petróleo y el carbón.
“Colombia se opone a una declaración de la COP30 que no diga la verdad científica al mundo”, reaccionó en X el presidente Gustavo Petro.La UE admitió también su decepción: “Nos hubiese gustado que hubiera mucho más, más ambición”, dijo antes de la aprobación del texto el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra.El descontento de Colombia, Uruguay y otros países provocó momentáneamente la interrupción de la sesión de clausura el sábado en Belém.El representante ruso en la plenaria acusó en español a las naciones latinoamericanas de “portarse como niños” que quieren “todos los caramelos”, lo que provocó a su vez las quejas de otros países de la región.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, criticó duramente la falta de un plan para eliminar gradualmente los combustibles fósiles, al afirmar que su país “no acepta” que la declaración “no diga con claridad, como lo hace la ciencia, que la causa de la crisis climática son los combustibles fósiles”.Rusia, China e India, miembros de los BRICS junto a Brasil, solo tuvieron palabras para enaltecer el trabajo de la presidencia brasileña que recogió sus posturas.
La propuesta de Lula
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva estimó que el multilateralismo “ganó” desde la cumbre del G20 en Johannesburgo.El Brasil del mandatario izquierdista quiso demostrar en la COP30 que el multilateralismo no está muerto, a pesar de la ausencia de los Estados Unidos de Donald Trump.Lula, que alienta un flamante proyecto de exploración petrolera en Amazonía, elevó las expectativas al llamar en la COP30 a una “hoja de ruta” para la salida de las energías fósiles.
Esto envalentonó al grupo de países que luchan por impulsar ese combate, entre estos Colombia, Francia, España, Holanda y Kenia.El enfrentamiento de Dubái en 2023 (COP28), cuando por primera vez el mundo acordó una salida progresiva del gas, el petróleo y el carbón, se repitió en Belém.
Pero los países productores, como Arabia Saudita, Irán y Rusia no cedieron un ápice esta vez.Frente a la decepción de algunos, el presidente de la COP30, André Correa do Lago, anunció que Brasil trabajará en los próximos meses para elaborar una hoja de ruta para salir de las energías fósiles a la que puedan sumarse los países interesados.Lo mismo hará con la deforestación.Colombia y Holanda anunciaron en esta COP una conferencia internacional contra las energías fósiles en abril de 2026 en la ciudad colombiana de Santa Marta.Para Greenpeace, el anuncio de las hojas de ruta “suena a premio de consolación”, aunque “permitirá que el trabajo siga el año que viene y no se pierda el impulso creado en Belém”.
Otras reacciones
India elogió el acuerdo, al que calificó de “significativo”.“Apoyamos plenamente la presidencia (de la COP30) y reconocemos los extraordinarios esfuerzos del equipo presidencial, que incluyen pasar muchas noches sin dormir trabajando para asegurarnos de que nos llevemos algo significativo de Belém”, declaró un representante de India, en nombre de la coalición BASIC (Brasil, Sudáfrica, India y China).China, por su parte, se mostró “satisfecha con el resultado”.El viceministro de Ecología y Medio Ambiente de China, Li Gao, declaró a la AFP que la COP 30 sería recordada como un “éxito en una situación muy difícil”.








