El líder del movimiento islamista libanés Hezbolá prometió este domingo seguir la lucha contra Israel, durante el funeral en Beirut en presencia de miles de personas de su predecesor Hasán Nasralá, muerto en un bombardeo israelí .
Los participantes, vestidos de negro y llorando, se reunieron en el gran estadio de la Ciudad Deportiva, en la periferia sur de Beirut, y renovaron su lealtad al movimiento proiraní, debilitado por la reciente guerra con el ejército israelí.
Dos fuentes de Hezbolá dijeron a AFP que unas 800.000 personas asistieron al acto, y una fuente militar apuntó por su parte que había “más de un millón” de asistentes.
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Un camión que transportaba los féretros de Hasán Nasralá y de su sucesor, Hashem Safieddine, muertos sucesivamente en ataques israelíes, dio la vuelta al estadio.
“Nasralá, permanecemos fieles a la promesa”, repetían los participantes, con el puño en alto, arrojando flores a los ataúdes y ondeando las banderas amarillas de Hezbolá.
Hasán Nasralá “sigue vivo en nosotros”, declaró Naim Qasem en un discurso retransmitido en directo por televisión y pantallas gigantes.
“Continuaremos por ese camino”, añadió mientras aviones israelíes sobrevolaban Beirut a baja altura y llevaban a cabo ataques en el sur y el este del país.
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El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, declaró que dichos sobrevuelos constituían un “mensaje claro” para “cualquiera que amenace con destruir Israel”.
“La resistencia” contra Israel “no ha terminado”, insistió Qasem, que advirtió que su partido no aceptará que Estados Unidos “controle Líbano”, donde un nuevo presidente, Joseph Aoun, y el gobierno cuentan con el apoyo de Washington.
Líbano ya no quiere más “guerras de otros en su suelo”, afirmó por su parte Joseph Aoun al recibir a la delegación iraní, que viajó a Beirut por el funeral.
“Los países no deberían intervenir en los asuntos internos de otros Estados”, agregó el presidente, que no asistió a la ceremonia, como tampoco hizo el primer ministro. Las autoridades estuvieron representadas por el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, aliado de Hezbolá.
“Héroes” de la resistencia
Hasán Nasralá, que dirigió Hezbolá durante 32 años, murió el 27 de septiembre en un bombardeo israelí en la periferia sur de la capital libanesa, bastión de la milicia chiita.
Su primo Hashem Safieddine corrió la misma suerte en octubre tras haber sido designado para sucederle.
Hezbolá esperó la retirada casi completa del ejército israelí del sur de Líbano, el 18 de febrero, para organizar su primer baño de masas desde el fin de la guerra.
La aviación israelí efectuó el domingo varios bombardeos en el sur y el este de Líbano, a pesar del alto el fuego en vigor desde el 27 de noviembre. Israel afirmó que había atacado lanzaderas de cohetes que presentaban una “amenaza inminente”.
El domingo en la Ciudad Deportiva, las mujeres sostenían retratos de combatientes muertos en la guerra que diezmó la cúpula de Hezbolá.
Um Mahdi, de 55 años, afirmó que se desplazó desde el valle de Becá, en el este, “para verle [a Nasralá] una última vez y ver su mausoleo”.
Entre las delegaciones extranjeras, Irán estuvo representado por el presidente del Parlamento, Mohamed-Bagher Ghalibaf, y el ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi.
Representantes de facciones iraquíes proiraníes y otros aliados de Hezbolá y de Irán frente a Israel también estaban presentes.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió continuar “la resistencia” a Israel, en un mensaje publicado para esta ocasión.
“Una fuerza mayor”
Tras la ceremonia, los participantes se dirigieron hacia el mausoleo dedicado a Nasralá, cerca del aeropuerto, al sur de Beirut.
El cuerpo del jefe de Hezbolá había sido enterrado en un lugar secreto a la espera de que finalizara la guerra.
“Creo que es importante para el grupo demostrar que sigue siendo una fuerza sólida y política mayor, pese a los reveses sufridos en los últimos meses”, explicó a AFP el analista Sam Heller, de Century Foundation.
Las autoridades libanesas movilizaron a 4.000 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad, según una fuente de los servicios de seguridad, al tiempo que Hezbolá desplegó 25.000 de sus hombres en el estadio, según la cadena del movimiento, Al Manar.
El tráfico aéreo fue suspendido en el aeropuerto durante cuatro horas.
Hasán Nasralá, que tenía 64 años cuando murió, alcanzó renombre regional tras la retirada israelí de Líbano en 2000 y durante la guerra contra Israel en 2006. Pero su popularidad se erosionó cuando el grupo entró en la guerra en Siria del lado del expresidente Bashar al Asad.
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