
Mariela Mailhe vende autos importados en uno de los barrios más lujosos de Argentina. Las unidades están equipadas con asientos de cuero que se ajustan electrónicamente y techos panorámicos, pero salen del concesionario con una matrícula de papel.
En Argentina ya circulan más de 655,000 autos con placas de papel, que se consideran provisorias, según datos del medio local chequeado hasta marzo. Son láminas que reemplazan a las tradicionales placas de aluminio atornilladas al parachoques y se pegan con cinta adhesiva en el parabrisas o se sujetan con fundas de plástico.
El problema comenzó con el gobierno anterior, que permitió el uso de matrículas de papel debido a problemas de insumos. Pero se agravó el último año, cuando Javier Milei impulsó una drástica reducción del tamaño del Estado.
Como parte de esta estrategia, su gobierno está recortando funciones de la Casa de Moneda, lo que incluye un recorte de casi el 40% de su personal. El gobierno no sólo dispuso la importación de billetes, sino también llamar a licitación para que empresas privadas se encarguen de la producción de patentes.

“Trabajé durante años en los que hubo récords de patentamientos y nunca vi nada parecido”, señaló Mailhe, de 48 años, desde su oficina en un concesionario de Jeep, Hyundai y Honda en Puerto Madero, junto al distrito financiero del centro de Buenos Aires. “Nos limitaron a solo 50 patentes provisorias de papel al mes”.
Funcionarios de los ministerios de Economía, Desregulación y Justicia de Argentina se negaron a hacer comentarios, al igual que la Casa de Moneda.
Bajo la gestión estatal, el costo de producción de cada placa metálica se disparó hasta alrededor de US$ 19, según fuentes con conocimiento directo. La Casa de Moneda también enfrentó una serie de quejas por la mala calidad de sus patentes en los últimos años.
Una de ellas fue de Ignacio Marcó, un contador de 25 años que viaja cada semana desde Buenos Aires a Junín, a 280 kilómetros al oeste de la capital. La matrícula de su Audi A4, que compró en 2023, comenzó a deteriorarse con cada lavado.
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En diciembre, solicitó un reemplazo en el departamento de registro automotor. “Me cobraron 10,000 pesos y me dieron una patente de papel que caducaba en un mes”, explicó. “Después de tres meses, me cansé y pedí que me dieran con un vencimiento mayor”.
Las patentes provisorias también están creando problemas prácticos. Algunos argentinos han tenido dificultades para viajar al extranjero, ya que las matrículas de papel no son válidas para uso internacional. A veces, los lectores automáticos de peaje no las reconocen, lo que provoca retrasos y confusión en los controles de carretera. Tampoco las leen las cámaras de control del tráfico, lo que impide a los municipios multar y recaudar ingresos.
Y el problema no se limita a las patentes. Los certificados de propiedad de los vehículos, que tradicionalmente se emitían en plástico del tamaño de una tarjeta de crédito, fueron sustituidos por hojas de papel con códigos QR. Algunas empresas incluso han tenido que obtener poderes notariales para que sus empleados puedan utilizar sus vehículos.
El gobierno también decidió reducir el costo de impresión de los billetes. Suscribirá un contrato con China Banknote Printing and Minting Corp. para importar 1,000 millones de billetes de 20,000 pesos, que sustituirán a los billetes de menor denominación impresos por la Casa de Moneda o importados de Europa o Brasil, según informó La Nación.

Milei redujo la plantilla de la Casa de Moneda a 881 empleados a finales de marzo, frente a los 1,400 que había al inicio de su mandato, según la agencia de estadísticas Indec. El libertario está decidido a reducir el gasto público y externalizar las funciones del Estado al sector privado siempre que sea posible.
El gobierno quiere vender la Casa de Moneda y hay compradores interesados, según una fuente al tanto de los planes, pero el Congreso excluyó a la Casa de Moneda de la lista de empresas que Milei está autorizado a privatizar. Si bien no se imprimirán más billetes, según la misma fuente, se está reanudando la impresión de patentes ya que se resolvieron los problemas de insumos.
En octubre, el vocero de la presidente, Manuel Adorni, anunció una intervención gubernamental de 180 días en la Casa de Moneda. Señaló que el nuevo administrador se centraría en revisar y renegociar los contratos firmados por la agencia.
“Como parte de la reestructuración, la Casa de Moneda dejará de imprimir billetes de 2,000 pesos, un sinsentido heredado de la gestión anterior, que se negaba a emitir billetes de mayor denominación acorde a la inflación que nos dejaron”, aseguró Adorni.
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Además de externalizar la impresión de billetes, el gobierno adjudicó un contrato para reanudar la producción de patentes metálicas, que tradicionalmente se fabricaban en el país, a una empresa privada que actualmente importa aluminio del extranjero.
Tonnjes Sudamericana S.A., propiedad conjunta de la argentina Boldt Impresores S.A. y la alemana Tonnjes International GmbH, fabricará más de 300,000 patentes de aluminio. El primer lote comenzó a distribuirse este mes, pero llevará tiempo liquidar el pedido pendiente.
Al mismo tiempo, la demanda de autos está creciendo de nuevo en el país, liderada esta vez por las importaciones, especialmente desde Brasil. La reactivación está impulsada por la recuperación de los salarios en términos de dólares, el rápido crecimiento del crédito bancario, la liberalización del comercio bajo Milei y la decisión de su gobierno de permitir el acceso al mercado de divisas para la importación de vehículos.
El sector automotor argentino ha registrado su mejor inicio de año desde 2018. Según la consultora de la industria automotriz Siomaa, en abril se registraron 54,001 vehículos nuevos, un aumento de casi el 64% con respecto al mismo mes de 2024. El mercado de motos también está en auge; solo el mes pasado se registraron 51,984 nuevas, un crecimiento de más del 47%. El aumento de la demanda no hace más que agravar los problemas del ya precario sistema de producción de patentes del país.
Para los concesionarios de vehículos como Mailhe, que comenzó a trabajar en el sector cuando tenía 18 años, la transición ha traído consigo dolores de cabeza, retrasos y una montaña de papeleo. Pero para los conductores, los problemas actuales tienen un lado positivo: un pase libre para las infracciones de tráfico, dado el problema de la detección por cámaras.