
Las alzas desatadas por la sorpresiva victoria electoral del presidente argentino Javier Milei han sido impresionantes: los precios de los bonos registraron ganancias récord y el mercado bursátil se disparó más de 30% en dos días, mientras los inversores regresaban en masa.
Sin embargo, la euforia pasó casi por completo por alto a la moneda, pieza clave del plan de Milei para rehacer la economía argentina. Tras un salto inicial el lunes, el peso fue cediendo terreno y cayó 2.4% el martes, quedando apenas por encima del nivel previo a las elecciones.
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El movimiento refleja, en parte, las crecientes dudas sobre si la nación mantendrá la banda cambiaria que defendió con tanto ahínco en los últimos meses.
Ello ayudó a frenar la inflación descontrolada al evitar un derrumbe del peso. Pero el costo fue tan alto —obligó al gobierno a quemar reservas para sostenerlo y elevó las tasas de interés locales— que analistas especulan que el presidente libertario tendrá que ampliar la banda o dejar que el tipo de cambio flote libremente, como ocurre con la mayoría de las monedas principales.

“Es difícil predecir qué va a pasar con la política cambiaria en el corto plazo”, dijo Robert Koenigsberger, fundador y director de inversiones de Gramercy Funds Management. “Se podría decir que ganaron más tiempo para ajustar la moneda, o que simplemente consiguieron una mejor oportunidad”.
Las autoridades argentinas han reiterado que no planean cambios en la actual política cambiaria. El repunte promete darle a Milei un respiro al menos temporal, deteniendo la corrida contra la moneda que le costaba cientos de millones de dólares diarios y que llevó a un rescate de US$ 20,000 millones por parte del gobierno de Trump.
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Sin embargo, muchos argentinos consideran que el tipo de cambio está artificialmente alto y han estado pasando sus ahorros a dólares, anticipando que Milei esperaría hasta después de las elecciones para modificarlo.
“Creo que dejarán flotar la moneda pronto, desde una posición de fortaleza”, afirmó David Austerweil, subgerente de portafolio de mercados emergentes en VanEck, en Nueva York. “Dado lo favorable del resultado electoral y lo dolarizados que están los ahorristas locales, el peso podría no devaluarse inmediatamente después de aliviar las restricciones”, añadió.
Milei permitió que el peso se depreciara abruptamente poco después de su elección en noviembre de 2023. Al inicio de su mandato, los inversores eran optimistas respecto de que su terapia de shock basada en recortes de gasto y desregulación reviviría una economía golpeada por décadas de alta inflación, crisis cambiarias y defaults de deuda.
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La actual banda cambiaria —que permite una depreciación gradual y ordenada— se estableció como condición del acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional en abril. Pero no ha permitido que el peso se debilite lo suficiente como para reflejar la inflación del país, que sigue siendo elevada. Mantenerla ha obligado al gobierno a usar sus reservas para comprar pesos, con el efecto negativo de elevar las tasas locales al absorber liquidez del sistema financiero.
Milei podría buscar ajustar la política cambiaria mientras los mercados se mantienen animados por la expectativa de que podrá seguir impulsando una agenda que ha mostrado algunos avances, aunque aún no ha generado la esperada reactivación económica.
El lunes, la bolsa registró su mayor salto diario desde su triunfo electoral hace dos años y continuó al alza el martes. Los bonos soberanos en dólares también prolongaron las ganancias de la jornada anterior.

En contraste, el peso “no logró un repunte sostenido incluso tras un resultado electoral impresionante para LLA”, señaló Ivan Stambulsky, economista de Barclays. “Esto muestra que Argentina probablemente necesita un régimen cambiario que permita una moneda más débil, estimule la actividad económica y facilite la acumulación de reservas”.
El peso también se vio afectado por dudas sobre si Estados Unidos retirará las intervenciones que lo han apuntalado. Este sentimiento fue reforzado el lunes, cuando el secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló que celebraba el rally poselectoral como una señal de que “el mercado se va a cuidar solo”.
Jeff Grills, director de deuda de mercados emergentes de Aegon Asset Management, advirtió que la incertidumbre sobre la moneda probablemente podría frenar nuevas alzas en el mercado de bonos hasta que se aclaren. El martes, los bonos se mantenían prácticamente sin cambios, lo que indica una pausa tras el rally del día anterior.
“Deben ajustar la banda establecida con el FMI para dar más margen a la depreciación del peso y quizás aumentar la tasa de depreciación de la banda”, señaló. “Hasta que sepamos eso, los bonos se moverán dentro de un rango limitado”.







