
Los directivos de JPMorgan Chase & Co. empezaron a sospechar el verano pasado al notar un número inusual de ausencias en las sesiones de capacitación que iniciaban su competitivo programa para analistas junior.
El motivo, según descubrieron, era que los nuevos empleados habían faltado al entrenamiento obligatorio para asistir a entrevistas en empresas de capital privado con el fin de conseguir un segundo empleo, a pesar de que solo llevaban unos días en el primero.
Esta práctica se conoce como “reclutamiento en ciclo”, y consiste en que las firmas de capital privado contratan a analistas bancarios para puestos que suelen comenzar uno o dos años después. Las propuestas se han adelantado cada vez más, lo que ha enfurecido a los bancos, que invierten millones en formar a jóvenes que luego son fichados por otras empresas.
Goldman Sachs Group Inc. es el último banco en tomar medidas para evitar estas prácticas. Planea exigir a sus nuevos analistas que certifiquen cada tres meses que no tienen otro empleo en perspectiva. JPMorgan ya amenazó con despedir a quienes acepten ofertas con fechas futuras.
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Tras esa decisión, algunas firmas de capital privado respondieron. Apollo Global Management informó a los candidatos que retrasaba el proceso de contratación, argumentando que era demasiado pronto para tomar decisiones profesionales. General Atlantic y TPG Inc. hicieron lo mismo y pausaron sus procesos para las contrataciones de 2027, según fuentes con conocimiento del tema.
Representantes de JPMorgan, TPG y General Atlantic declinaron hacer comentarios.
Promesa de remuneración
Durante años, los programas de analistas bancarios han sido la puerta de entrada a una carrera lucrativa en Wall Street. Sin embargo, muchos jóvenes están optando por el capital privado, atraídos por salarios más altos y una percepción de menor carga laboral.
Los bancos han tratado de frenar la fuga de talento con mejoras en el equilibrio entre la vida personal y el trabajo, protección de los fines de semana y aumentos salariales. También han tomado posturas más duras. Morgan Stanley, por ejemplo, intentó restringir el contacto entre analistas y reclutadores hace más de una década, pero la política fue abandonada tras recibir quejas.
No es fácil para los bancos, que cuentan a las firmas de capital privado entre sus clientes más importantes. En lo que va del año, estas firmas han generado cerca de una cuarta parte de los ingresos por fusiones y adquisiciones en la banca de inversión, según datos de Dealogic.
Pero esta cercanía también plantea preocupaciones por posibles conflictos de interés: muchos banqueros junior tienen acceso a información confidencial de sus bancos, mientras ya están comprometidos con futuros empleos en firmas de private equity.
El director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, ha calificado de poco ética la contratación en ciclo.

“Pone al joven en una posición terrible, y por eso creo que está mal”, dijo ante una audiencia en la Universidad de Georgetown el año pasado. “Nos pone a nosotros en una mala posición y en una posición conflictiva. Ya estás comprometido con otro trabajo mientras manejas información altamente confidencial de JPMorgan. Y simplemente no me gusta”.
Este sentimiento ha resonado en el sector. Cuando Apollo decidió no hacer entrevistas ni ofertas este año, su director ejecutivo, Marc Rowan, dijo que forzar a los estudiantes a decidir su futuro tan temprano “no beneficia a nadie”.
Amity Search Partners, firma de reclutamiento para gestores de inversión, comunicó que este cambio daría a los candidatos más tiempo para prepararse y reflexionar.
En 2010, las firmas de capital privado solían esperar a que los banqueros junior completaran alrededor de 11 meses de capacitación antes de intentar reclutarlos. Pero ese plazo se ha ido reduciendo de forma constante.
La pandemia también influyó: permitió a los juniors asistir a entrevistas de forma discreta desde casa. Según un análisis publicado en 2023 por Odyssey Search Partners, algunos gigantes del capital privado comenzaron a reclutar incluso antes de que los programas de formación cumplieran un mes.
“Hay un número limitado de candidatos y muchas firmas de capital privado; eso genera una situación en la que nadie quiere quedarse sin contratar al mejor talento”, dijo Adam Kahn, socio director de Odyssey. “No está claro cuánto cambiará esto en el fondo: se necesita un esfuerzo coordinado y significativo para lograr un verdadero cambio”.