
Las empresas europeas presentes en China están sufriendo un mayor impacto a raíz de los aranceles impuestos por Pekín que por los anunciados por Estados Unidos, a pesar de que estos son mayores, según una encuesta divulgada este jueves por la Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China.
Este informe, que refleja respuestas de 162 participantes en la segunda mitad de abril, muestra que el número de empresas que declaran que los aranceles chinos han afectado a los bienes que importan desde EE.UU. es del 44 %.
En cambio, la proporción de compañías que han visto lastradas sus exportaciones por los gravámenes estadounidenses es inferior (31%).
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El presidente de la Cámara, Jens Eskelund, aseguró en un encuentro con medios en Pekín que se trata de una «situación muy interesante» y la atribuyó no tanto a productos finales, sino a medios de producción provenientes de Estados Unidos como partes, componentes, herramientas o químicos especializados.
«Aunque las exportaciones chinas a EE.UU. son cinco veces más grandes que en la dirección contraria, todavía hay dependencias cruciales, especialmente en manufactura. Los aranceles chinos son muy dañinos para las empresas, y quizá ha habido una tendencia a subestimar su efecto«, indicó el empresario danés.
«Si necesitas un químico específico que solo puedes obtener en (los estados estadounidenses de) Misuri u Ohio y (el suministro) se detiene, va a parar tu producto por completo, sin importar si el valor de ese químico es solo el 0.1% del coste total de la fabricación», ejemplificó.
Las empresas, mejor preparadas
En cualquier caso, el empresario aseguró que recientes crisis como la covid o la situación en el mar Rojo han provocado que las empresas europeas estén relativamente mejor preparadas ante posibles incertidumbres o factores de inestabilidad, ya que han dedicado los últimos años a reforzar sus cadenas de suministro.
«Las tarifas del primer mandato de Trump (2017-2021) fueron mucho más limitadas y ahora son universales. Siempre va a haber muchos daños colaterales imprevistos. (…) Pero el gran cambio ha sido en las empresas, que entienden que ahora vivimos en un mundo diferente y que necesitan prepararse para cualquier contingencia«, apuntó.
Eskelund ve «significativo» que el 51% de las firmas encuestadas haya visto afectadas sus cadenas, aunque «es algo que se podría esperar, a la vista de lo dramáticos que han sido los aranceles».
«El impacto más considerable (de la guerra comercial entre China y EE.UU.) está siendo la confianza de las empresas», explicó el ejecutivo al revelar que el 59% de los participantes notan que se ha vuelto más difícil hacer negocios «casi exclusivamente por el aumento de las tensiones geopolíticas».
«Alfombra roja» en Pekín
A este respecto, el informe indica que más de la mitad (52%) de las empresas ven un entorno de negocios «más politizado» que hace tan solo tres meses, aunque los participantes ven más presión por parte del Gobierno estadounidense (76% del total lo reportan) que por parte del chino (45%).
De hecho, la comunidad empresarial está teniendo «incluso más reuniones» con las autoridades chinas que antes, reveló Eskelund.
«Están mostrando una gran disposición a tratar con la comunidad empresarial. Han puesto la alfombra roja, dando la bienvenida a cualquier cosa que contribuya a generar actividad económica», dijo.
Por el momento, el 57% de las empresas está «viendo a ver qué pasa» y no tiene pensado hacer cambios en su estrategia corporativa para China, mientras que un 14% tiene planes ya para aumentar su inversión en el país asiático, y otro 14% ha decidido posponer o pausar ese gasto.
En cualquier caso, Eskelund habla de un «nivel muy alto todavía de compromiso con el mercado chino» en el seno de las empresas europeas, que ven cada vez una mayor dependencia de China por la fortaleza de sus cadenas industriales.
«China es todavía el lugar en el que estar si quieres componentes de la mayor calidad al mejor precio«, concluyó.