
Luiz Inácio Lula da Silva atraviesa su mejor momento político desde que volvió al poder. El presidente de Brasil se consolidó como el mandatario con mayor aprobación en Sudamérica, impulsado por su enfrentamiento con Donald Trump sobre los aranceles al acero brasileño y por sus medidas para reducir la desigualdad mediante impuestos a los más ricos.
Según LatAm Pulse, una encuesta de AtlasIntel para Bloomberg News, el 51% de los brasileños aprobó su gestión en octubre, seis puntos por encima del mínimo de su gobierno, registrado en marzo. Su desaprobación se mantuvo estable en 48%, más de cinco puntos por debajo del mismo período.
La mejora es significativa, aunque todavía distante de la popularidad que Lula disfrutó hace más de una década, cuando más del 80% de los brasileños respaldaban su gestión.
Pero el giro drástico que Lula ha experimentado desde su disputa con Donald Trump por los aranceles a los productos brasileños —un enfrentamiento que en las últimas semanas ha dado paso a una mejora en las relaciones— contrasta claramente con la situación de sus rivales regionales más visibles, especialmente con la de su vecino argentino Javier Milei.

El nivel de desaprobación del presidente libertario de Argentina alcanzó 56% en octubre, en medio de una crisis cambiaria desbordada, mientras que solo 40% de los consultados aprueba actualmente su gestión, según Atlas Intel.
En Ecuador, Daniel Noboa cayó por debajo de 50% tras subir el precio del diésel, y los mandatarios de izquierda de Chile, Gabriel Boric, y de Colombia, Gustavo Petro, se mantienen con índices negativos, según AtlasIntel.
Con menos de un año para las elecciones presidenciales de 2026, Lula acelera su agenda de asistencia social para reducir la brecha de ingresos. El gobierno lanzó programas para subsidiar el consumo eléctrico y el gas de cocina, y presentó en el Congreso un proyecto de ley que exime del impuesto sobre la renta los salarios mensuales de hasta 5,000 reales (US$ 929).
Las medidas gozan de un apoyo abrumador: 84% de los brasileños considera positivas las exenciones tributarias, según el sondeo.
El mandatario, de 79 años, ha presentado su iniciativa como parte de una lucha de toda su carrera para combatir la desigualdad y reducir la pobreza en la mayor economía de América Latina. Propuso aumentar los impuestos a los contribuyentes de mayores ingresos para financiar ayudas destinadas a los trabajadores brasileños.
Estas medidas han inquietado a los inversores, preocupados por el deterioro de las cuentas públicas de Brasil. Sin embargo, están ayudando al exlíder sindical a consolidar su recuperación política: casi 63% de los brasileños apoya gravar a los más ricos para financiar programas contra la pobreza, mientras que alrededor de un tercio se opone, según la encuesta.
Lula, que esta semana confirmó su intención de buscar la reelección, supera actualmente a todos sus posibles rivales, de acuerdo con el sondeo.

En una primera vuelta, Lula aventaja al gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, por 51% a 30%, según la encuesta. Freitas es considerado el posible heredero político del expresidente Jair Bolsonaro, quien tiene prohibido postularse y enfrenta una posible pena de prisión tras su condena en septiembre por intento de golpe de Estado.
En un escenario de segunda vuelta, Lula supera a Freitas por ocho puntos, 52% a 44%.
El mandatario también mantiene una ventaja de 51% frente a 26% sobre la ex primera dama Michelle Bolsonaro en una simulación de primera vuelta, según el sondeo.
AtlasIntel entrevistó a 14,063 personas entre el 15 y el 19 de octubre. La encuesta tiene un margen de error de 1 punto porcentual y un nivel de confianza del 95%.








