
El Mercosur anunció este miércoles el cierre de las negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por su sigla en inglés) para alcanzar un acuerdo clave de camino a lograr la firma definitiva de un tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE).
El bloque fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay anunció este miércoles en Buenos Aires, durante la cumbre semestral del Mercosur, la conclusión positiva de catorce rondas de negociación con el grupo integrado por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein.
Tras el cierre de las negociaciones, ambos bloques han marcado como prioridad firmar el acuerdo de libre comercio en los próximos meses para luego iniciar el proceso de ratificación parlamentaria, necesaria para que el pacto entre en vigor.
Se trata de un tratado de libre comercio de base amplia, que incluye capítulos de comercio de bienes y servicios, inversiones, propiedad intelectual, compras públicas, reglas de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, solución de controversias y desarrollo sostenible, entre otros.
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El capítulo de comercio implica mejoras de acceso a los mercados para el 97% de los intercambios.
De acuerdo con datos oficiales del bloque suramericano, el año pasado el Mercosur exportó bienes a la EFTA por US$ 3,373 millones, de los cuales 2,111 millones correspondieron a envíos a Suiza.
En tanto, en 2024 los países de Mercosur importaron productos de la EFTA por US$ 3,824 millones, de los cuales US$ 3,006 millones correspondieron a compras a Suiza.
Según la investigadora y experta en relaciones internacionales Florencia Rubiolo, aunque los países de la EFTA “son mercados muy secundarios” para el Mercosur en comparación con Estados Unidos, la UE y China, alcanzar este acuerdo es un “éxito diplomático y político” del bloque suramericano para salir de esa idea “del estancamiento y de la ineficacia” de la unión para lograr avances concretos.
“Es un logro diplomático y político en un contexto donde hay un retroceso en Occidente del multilateralismo como canal de negociación”, dijo a EFE Rubiolo, directora de Insight 21, el centro de pensamiento e investigación de la Universidad Siglo 21 de Argentina.
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Los países que integran la zona de libre comercio de EFTA reúnen 14.5 millones de habitantes, con un alto nivel de renta per cápita.
Además, entre los países que conforman la EFTA, Suiza es un importante inversor a nivel global en variados sectores económicos.
En el Mercosur están presentes importantes multinacionales suizas como Nestlé, Syngenta, Novartis, Holcim y Glencore.
Europa total
Más allá de los beneficios para los suramericanos del acuerdo con la EFTA -aún pendiente de firme y ratificación- en términos de mayor acceso a mercados e inversiones, se trata de un paso clave en la ruta para lograr el ambicioso tratado de libre comercio con la UE, que se negocia formalmente desde abril de 2000.
Los países de la EFTA no son miembros de la UE, pero mantienen relaciones comerciales como si fueran parte de ésta y los dos bloques forman el denominado Espacio Económico Europeo, por lo que contar con tratados con ambos grupos tiene lógica para un acceso amplio del Mercosur al mercado europeo en su conjunto.
“Tenemos todo el interés en este acuerdo porque nos proporciona una cobertura prácticamente total de los países europeos para los intereses comerciales del Mercosur”, resaltó este miércoles Mauro Vieira, ministro de Exteriores de Brasil, país que este jueves asumirá la Presidencia semestral del Mercosur.
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El bloque sudamericano y la EFTA iniciaron en 2017 las conversaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio y, tras un paréntesis, en abril de 2024 relanzaron las negociaciones.
En paralelo, las conversaciones con la UE desembocaron en un acuerdo político a finales del año pasado.
Ahora se espera la presentación del texto jurídico definitivo y su traducción para luego firmar el acuerdo y remitirlo después a las instancias parlamentarias para su ratificación.
El Mercosur espera que la firma del acuerdo definitivo se produzca antes de que finalice este año, pese a que entre algunos países europeos, como Francia, persisten las resistencias a validar el pacto, en particular, en lo relativo al capítulo agrícola, donde los suramericanos son altamente competitivos.
Para el Mercosur, un pacto con la UE representa nuevas oportunidades comerciales con un mercado de unos 450 millones de consumidores que ya es uno de sus mayores socios comerciales.
Según datos oficiales, en 2024 el Mercosur exportó bienes a la UE por US$ 42,776 millones e importó desde el bloque europeo por US$ 44,458 millones.
Mercosur y EFTA, unidos
El TLC “eliminará o reducirá los aranceles sobre más del 95% de los productos que actualmente exportan a Mercosur las empresas de la EFTA” durante un período de 15 años, según un comunicado de la EFTA publicado el miércoles. Entrará en vigor tres meses después de que todos los países miembros hayan ratificado el pacto.
Una vez que esto ocurra, los miembros de la EFTA “suprimirán todos los derechos de aduana sobre las importaciones de productos industriales, incluidos el pescado y otros productos marinos, originarios del Mercosur”, afirmó el grupo europeo. “El Mercosur eliminará o reducirá gradualmente los derechos de aduana sobre la mayoría de los productos industriales, incluidos el pescado y otros productos marinos, originarios de uno de los Estados de la EFTA”.
El acuerdo con el Mercosur abre un mercado de 270 millones de consumidores a los países europeos. Se suma al acuerdo de libre comercio de la EFTA con la India del año pasado y a dos acuerdos más pequeños con Tailandia y Malasia más recientes, en el marco de la ampliación de las relaciones comerciales del grupo.
Las negociaciones con el Mercosur se iniciaron en 2017, pero sufrieron un revés en 2019 debido a desacuerdos en materia medioambiental.
La Unión Europea y Mercosur cerraron a finales del año pasado un acuerdo comercial largamente esperado, a pesar de las vehementes objeciones de Francia, que se ha comprometido a liderar una campaña para obstaculizar su ratificación.
Con información de Bloomberg y EFE