
Microsoft y OpenAI han anunciado una profunda reestructuración de su histórica alianza en inteligencia artificial (IA), que otorga a ambas compañías mayor independencia, mantiene su estrecha colaboración y despeja el camino para que el creador de ChatGPT se convierta en una empresa con fines de lucro.
Según lo acordado, Microsoft poseerá aproximadamente el 27% de la reestructurada OpenAI, una inversión valorada en aproximadamente US$ 135,000 millones, mientras el fabricante de ChatGPT hace la transición hacia una corporación de beneficio público, según una entrada de blog en el sitio web de OpenAI.
También como parte del nuevo acuerdo entre ambos socios, OpenAI se comprometió a adquirir US$ 250,000 millones de capacidad adicional para desarrollar su IA en la plataforma Azure de Microsoft, dedicada a la computación remota (en la nube).
Además, Microsoft tendrá acceso a la tecnología de la startup de inteligencia artificial hasta 2032, incluidos los modelos que alcancen el estándar de inteligencia general artificial (IGA), una forma más avanzada de IA que, según la mayoría, aún no existe.
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Microsoft también seguirá teniendo derecho a recibir el 20% de los ingresos de OpenAI, informó Bloomberg, citando personas familiarizadas con el tema que pidieron anonimato porque la información no es pública.
Sin embargo, como parte del nuevo pacto, OpenAI podrá pagar más adelante una suma adicional. En una publicación de blog, ambas empresas indicaron que el acuerdo de reparto de ingresos seguirá vigente hasta que un panel de expertos verifique la llegada de la IGA.
Con el acuerdo, OpenAI anunció que su reestructuración corporativa ya está completa. La empresa dedicó gran parte de este año a transformarse en una compañía tradicional con fines de lucro, considerada más atractiva para los inversores. Microsoft, que ha invertido alrededor de US$ 13,750 millones, era el principal obstáculo entre los inversionistas del creador de ChatGPT, según informó Bloomberg News.
“OpenAI ha completado su recapitalización, simplificando su estructura corporativa”, dijo Bret Taylor, presidente de OpenAI, en un comunicado. “La organización sin fines de lucro mantiene el control de la empresa con fines de lucro, y ahora cuenta con un camino directo hacia mayores recursos antes de que llegue la IGA”.
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La reestructuración había estado bajo revisión de las fiscalías generales de Delaware y California. En un comunicado, la fiscal general de Delaware, Kathy Jennings, dijo que su oficina decidió no objetar el cambio tras un largo proceso de revisión en el que ella y su homólogo de California, Rob Bonta, instaron a OpenAI a otorgar más control a la entidad sin fines de lucro sobre la nueva compañía con fines de lucro.
“Fue una negociación larga e intensa, pero me complace que OpenAI se haya comprometido con una estructura de gobernanza que prioriza la seguridad y el bienestar público, y que garantice que esta tecnología y los recursos de la empresa se utilicen en beneficio de la sociedad”, señaló Jennings.
Por su parte, Bonta afirmó que su oficina tampoco se opondrá al plan, tras obtener “concesiones que aseguran que los activos benéficos se utilicen para su propósito original, que la seguridad sea prioritaria y que OpenAI permanezca aquí mismo, en California”.
La nueva unidad con fines de lucro será una empresa de beneficio público denominada OpenAI Group PBC. Estará supervisada por una entidad sin fines de lucro, ahora llamada OpenAI Foundation. Esta fundación recibirá una participación del 26% en la empresa tras la reestructuración, además de una opción para adquirir una cantidad no revelada de acciones adicionales si el precio de las mismas se multiplica por diez en los próximos 15 años.

La fundación planea utilizar parte de su participación, valuada en unos US$ 130,000 millones según la actual valuación de OpenAI de US$ 500,000 millones, para financiar proyectos destinados a “acelerar avances en salud” y colaborar con organizaciones que aborden riesgos graves asociados a la IA, como la pérdida de empleos y la creación de armas biológicas.
“Nuestra esperanza es que la OpenAI Foundation se convierta en la mayor organización sin fines de lucro del mundo”, dijo Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, durante un evento transmitido en vivo el martes. “No serán las únicas áreas que financiaremos, pero estamos entusiasmados de que sean las primeras”.
Según OpenAI, Altman no recibirá participación accionaria en la empresa reestructurada.
Las acciones de Microsoft subieron hasta 4.2% el martes, a US$ 553.72. Muchos en Wall Street consideraban la cambiante relación con OpenAI como un punto importante de incertidumbre para la compañía.
Anurag Rana, analista de Bloomberg Intelligence, señaló que el hecho de que Microsoft conserve los derechos de propiedad intelectual de OpenAI tanto para productos como para modelos hasta 2032 “es el aspecto más importante” del acuerdo. “Microsoft utiliza modelos de OpenAI o de Anthropic en sus productos Copilot mientras desarrolla los suyos propios”, explicó.
Goldman Sachs y el exbanquero de Citigroup Michael Klein asesoraron a OpenAI en su reestructuración, mientras que Morgan Stanley asesoró a Microsoft, según fuentes conocedoras del proceso.
Uno de los principales puntos de fricción en las prolongadas negociaciones entre Microsoft y OpenAI fue qué ocurriría una vez alcanzada la IGA, es decir, una inteligencia artificial que supere a los humanos en la mayoría de las tareas económicamente útiles. Según el nuevo acuerdo, ese umbral deberá ser verificado por un “panel independiente de expertos”. Una vez logrado, Microsoft dejará de recibir parte de los ingresos de OpenAI.
Durante el evento transmitido en vivo, el científico jefe de OpenAI, Jakub Pachocki, afirmó que la superinteligencia —otro término popular para referirse a sistemas de IA que superan ampliamente a los humanos— está “a menos de una década de distancia”. La meta de la empresa es desarrollar una IA capaz de completar proyectos de investigación de gran escala de forma autónoma para marzo de 2028.
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Microsoft también pierde su derecho de preferencia sobre nuevos negocios de infraestructura en la nube de OpenAI. Azure había sido durante años su proveedor exclusivo, pero Microsoft comenzó a permitir que la startup contratara servicios de otros proveedores, como Oracle Corp., siempre que primero ofreciera la oportunidad a Microsoft. OpenAI asumirá además un compromiso adicional de US$ 250,000 millones con Azure.
Los planes de reestructuración de OpenAI también enfrentaron otros obstáculos, incluido un juicio presentado por Elon Musk, uno de sus primeros inversionistas, quien se distanció de la empresa y la acusó de engañar a los inversionistas sobre su compromiso con la misión caritativa. La demanda sigue en curso.
El acceso de Microsoft a la tecnología de OpenAI no incluirá hardware para consumidores, según las empresas. Además, OpenAI tendrá la posibilidad de “desarrollar conjuntamente algunos productos con terceros”.
Para OpenAI, la reestructuración también allana el camino hacia una oferta pública inicial. Altman señaló que no es una prioridad inmediata y que no existen “planes específicos” al respecto, aunque una salida a bolsa sigue siendo la opción más probable para la compañía.
Elaborado con información de Bloomberg y AFP


 
 
 
 





