Miles de personas se congregaron en las calles de París en una masiva manifestación contra el racismo, el antisemitismo y el avance de la extrema derecha en Francia y Europa. La movilización se llevó a cabo en el marco del Día Internacional de la Eliminación Racial y contó con el respaldo de diversas organizaciones políticas y de derechos humanos.
La protesta fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y apoyada por agrupaciones como la Liga de los Derechos Humanos y el Partido Comunista, entre otras. Los manifestantes alzaron su voz contra la discriminación y alertaron sobre el crecimiento de ideologías extremistas en el continente.
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Uno de los principales motivos de la movilización fue la preocupación por el fortalecimiento de la extrema derecha en Francia. En las últimas elecciones al Parlamento Europeo, el partido Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen, obtuvo más del 31 % de los votos, consolidando su presencia en la política nacional y europea.
El fenómeno no es exclusivo de Francia. En Alemania, la derecha conservadora logró la victoria en recientes comicios tras la renuncia del primer ministro, aunque sin el respaldo mayoritario de los sectores más radicales. En Italia, también se han registrado manifestaciones contra el crecimiento de estos movimientos políticos.
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Marine Le Pen ha mantenido una postura firme en temas de inmigración, proponiendo el cierre de fronteras y restricciones para los migrantes en la Unión Europea. Sus políticas han generado preocupación en diversos sectores que ven en estas medidas una amenaza a los derechos humanos y a la cohesión social en Europa.
Durante la marcha, los manifestantes exigieron mayor compromiso de las autoridades para frenar el avance de discursos de odio y políticas discriminatorias. También hicieron un llamado a la unidad para enfrentar el racismo y la xenofobia, defendiendo los valores democráticos y la inclusión.
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El despliegue policial en París fue significativo, con agentes resguardando las principales vías y evitando altercados. Sin embargo, la movilización se desarrolló de manera pacífica, con cánticos, pancartas y discursos que enfatizaron la importancia de defender los derechos de las minorías.
Los organizadores reiteraron que el rechazo al racismo y a la extrema derecha debe ser una prioridad en la política francesa y europea. Aseguraron que continuarán promoviendo este tipo de manifestaciones para generar conciencia y evitar el retroceso en la lucha por la igualdad y la justicia social.
