
Desde que los aranceles impuestos por Donald Trump trastornaron los mercados mundiales, muchos inversionistas le han dado la espalda a Estados Unidos. Pero no es el caso del banco más valioso de la Unión Europea.
Por el contrario, Banco Santander SA está acelerando su giro hacia las Américas.
La entidad española acordó el lunes vender gran parte de sus operaciones en Polonia en una transacción de € 7,000 millones (US$ 7,900 millones), y la mitad del capital liberado a partir de la venta se destinará al crecimiento en otras regiones, incluida América.
El acuerdo, uno de los mayores de la financiación europea en los últimos años, es parte de un cambio estratégico impulsado por Ana Botín, quien asumió la presidencia ejecutiva en 2014. La directiva de 64 años está reduciendo las operaciones en algunos países europeos para liberar recursos para el crecimiento en mercados como México y Estados Unidos, donde Santander ha contratado a numerosos empleados para su banca de inversión.
Aunque la perspectiva de una guerra comercial mundial ha complicado esa estrategia, Santander apuesta por que América ofrecerá mejores oportunidades a largo plazo.

“Queremos ser un banco relevante en EE.UU.”, señaló el director financiero, José García Cantera, en una entrevista la semana pasada, en respuesta a una pregunta sobre el impacto de la turbulencia provocada por Trump. “Esta es una estrategia a largo plazo”.
Detrás de la visión de Botín se esconde una frustración de larga data en el sector por la falta de crecimiento en Europa. Desde el final de la crisis financiera, las acciones bancarias de la región han estado en su mayoría rezagadas frente a sus homólogas estadounidenses, ya que la región se ha visto afectada por una regulación estricta, tasas de interés negativas y un mercado de servicios bancarios aún fragmentado.
Sin embargo, la tendencia se revirtió en los últimos tres años, en los que los bancos europeos duplicaron su valor, mientras que sus homólogos estadounidenses se estancaron tras ajustarse a las fluctuaciones cambiarias. Ese período coincide con el impulso de Santander para expandir sus operaciones en EE.UU.
Santander adquirió Amherst Pierpoint Securities en 2022 y poco después comenzó a contratar personal de forma agresiva para su banco de inversión estadounidense.
Más recientemente, comenzó a lanzar una oferta minorista conocida como Openbank en gran parte de Norteamérica para atraer depósitos, una fuente de financiación barata. También se comprometió a invertir US$ 2,000 millones en México y obtuvo una licencia bancaria para Canadá.
La crisis arancelaria no ha alterado esa estrategia. A menos que el mundo cambie drásticamente, según fuentes cercanas al banco, Santander está abierto a considerar pequeñas adquisiciones complementarias en México y Estados Unidos.

Es posible que se concreten operaciones un poco más importantes en el futuro, según las personas citadas, que hablaron bajo condición de anonimato por tratarse de información de carácter privado. Hace tres años, Santander intentó sin éxito comprar Banamex, la filial de consumo mexicana de Citigroup Inc.
Un portavoz de Santander se remitió a las declaraciones realizada el lunes por Botín, en las que señaló que cualquier acuerdo sería “complementario” y “no transformador”.
Para ayudar a financiar el cambio de rumbo, Santander está revisando algunos negocios europeos. Ha estado retirando dinero del Reino Unido y recientemente anunció un plan para eliminar 750 empleos en el país, tras informar en octubre que recortaría 1,425 puestos de trabajo.
El banco había considerado anteriormente desprenderse de activos en el Reino Unido y podría volver a planteárselo si cree que puede obtener un buen precio, según informó Bloomberg News en noviembre. Desde entonces, Botín ha afirmado que las operaciones en el Reino Unido no están en venta.
Alejarse de Europa para optar por regiones de mayor crecimiento ha sido una estrategia habitual de otras entidades crediticias en el pasado. HSBC Holdings Plc, bajo la dirección del presidente saliente Mark Tucker, se orientó más hacia Asia, al tiempo que redujo sus operaciones en Occidente. Standard Chartered Plc, otro banco con sede en Londres, obtiene la mayor parte de sus ingresos en Asia, Medio Oriente y África.
Santander ha tenido por mucho tiempo una fuerte presencia en países como Brasil y México. Sin embargo, EE.UU. siempre ha sido un mercado difícil para los europeos, especialmente en la banca minorista, un área de fortaleza para la empresa española. Los analistas destacan a rivales como BBVA SA. BNP Paribas SA y HSBC, que se retiraron del mercado minorista estadounidense.
“El sector bancario estadounidense es grande y lucrativo, por lo que resulta atractivo para los extranjeros”, señalaron los analistas de Morningstar en una nota en marzo. “Sin embargo, la feroz competencia ha dificultado históricamente que los bancos extranjeros alcancen una escala suficiente”.
Debido a los costos de contratación y expansión de las operaciones que han impactado los beneficios, la rentabilidad de la filial estadounidense de Santander ha estado a la zaga de la del resto del grupo.

El año pasado, su rentabilidad sobre el capital tangible fue del 7.5%, menos de la mitad de la del banco en su conjunto. En una señal de que la rentabilidad está mejorando, las utilidades en EE.UU. aumentaron un 49% en el primer trimestre.
La venta en Polonia reducirá aún más la dependencia del banco español de Europa. El año pasado, Santander tenía alrededor del 63% de sus activos en Europa, frente al 66% cuando Botín tomó el mando. En el mismo período, la participación de Norteamérica aumentó desde 12% hasta casi el 17%.
La plantilla en Europa ha disminuido en unos 4,000 empleados en los últimos cinco años, mientras que en América, que incluye las operaciones en Sudamérica, ha aumentado en alrededor de 15,000.
Santander anunció que tiene la intención de destinar alrededor de la mitad del capital liberado con la operación en Polonia —unos € 3,200 millones—, a la recompra de acciones propias. La otra mitad otorgará al prestamista “mayor flexibilidad estratégica para invertir en otros mercados donde el banco ya opera en Europa y América”, según señaló el lunes.
“Estamos muy satisfechos con el crecimiento orgánico en EE.UU. Ese seguirá siendo nuestro enfoque”, señaló Botín a los analistas tras la operación. “Dicho esto, se considerarán adquisiciones complementarias, y complementarias es complementarias, no transformadoras. Siempre lo hemos hecho”.