
La presidencia siria calificó el viernes como una “peligrosa escalada” el bombardeo israelí que cayó durante la madrugada cerca del palacio presidencial de la capital Damasco.
Israel bombardeó el viernes los alrededores del palacio presidencial de Damasco después de amenazar con represalias contra el gobierno sirio si no protege a la minoría drusa en los mortales enfrentamientos sectarios que sacuden el país.
La presidencia “condena en los términos más enérgicos el ataque contra el palacio presidencial llevado a cabo por la ocupación israelí”, dice el comunicado.

El ejecutivo agregó que este ataque “constituye una peligrosa escalada contra las instituciones del Estado y su soberanía”.
Más de cien personas fallecieron en los últimos dos días en choques entre combatientes drusos y grupos armados vinculados al poder sunita que tumbó hace casi cinco meses al régimen de Bashar al Asad.
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El líder espiritual de la minoría drusa denunció el jueves una “campaña genocida” contra esta comunidad religiosa esotérica derivada del islam y reclamó “una intervención inmediata de fuerzas internacionales”.
Los drusos son numerosos en los Altos del Golán, que Israel arrebató a Siria en la Guerra de los Seis Días en 1967, y desde entonces mantiene ocupados.
Desde el estallido de la guerra en Siria, Israel ha bombardeado en cientos de ocasiones este país con el que sigue técnicamente en guerra.

Estos ataques se intensificaron con la llegada al poder de los nuevos gobernantes, surgidos de una coalición rebelde liderada por islamistas que derrocó a Al Asad.
Tras años de una sangrienta guerra civil que comenzó en 2011, el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), dirigido por Ahmed Al Sharaa, lanzó una ofensiva relámpago desde su feudo de Idlib, junto con otros rebeldes aliados y tomó Damasco.
Al Sharaa fue nombrado presidente interino en enero en una reunión a puerta cerrada.