
Una mujer china descrita como una “supervillana”, que orquestó un fraude de inversión multimillonario para comprar bitcóin, fue condenada a 11 años y 8 meses de prisión por un juez de Londres. La acusada, Zhimin Qian, de 47 años, también era apodada la “reina de la riqueza”.
Esta ciudadana china de perfil escurridizo, guiada por sueños de grandeza, orquestó entre 2014 y 2017 un fraude tipo Ponzi (que remunera a los inversores con los fondos de los nuevos participantes) a través de su empresa en Tianjin (noreste de China).
Zhimin Qian, que evadió su detención en China tras huir en motocicleta hacia la frontera con Myanmar, viajó por el sudeste asiático y Europa utilizando pasaportes falsos antes de establecerse en Gran Bretaña bajo el nombre falso de Yadi Zhang. Fue detenida en el marco de la mayor incautación de bitcoines jamás realizada por la policía británica, cuyo valor actual asciende a US$ 6,400 millones.
Qian fue condenada el martes en el Tribunal Penal de Southwark tras declararse culpable en agosto de los cargos de posesión y transacción de bienes de origen delictivo. Su asistente, Seng Hok Ling, de 47 años, también fue sentenciado a 4 años y 11 meses de prisión por participar en el manejo de dinero ilícito.
La mujer de 47 años llevaba una vida de lujo alquilando mansiones y planeando convertirse en la monarca de una nación autoproclamada, “Liberland”, hasta que fue arrestada el año pasado, según la fiscalía.

Qian desempeñó un papel clave en un fraude que generó enormes sumas de dinero ilícito, mientras que Ling la ayudó a transferir fondos a cuentas de criptomonedas, según los fiscales. La defensa de Ling argumentó que él no participó en el fraude original en China ni conocía los delitos de Qian.
“Zhimin Qian, usted fue la artífice de este delito desde su inicio hasta su conclusión. La magnitud de su lavado de dinero no tiene precedentes”, dijo la jueza Sally-Ann Hales al dictar la sentencia. “Su motivo fue la pura codicia”.
La incautación de 61,000 bitcoines en 2018, durante una investigación por lavado de dinero, fue la más grande jamás realizada por la policía británica. Actualmente, una agencia del gobierno del Reino Unido trabaja para devolver los bitcoines a los inversionistas estafados.
El caso representó “la mayor incautación de criptomonedas confirmada en el mundo” hasta ese momento y constituyó la investigación de delitos económicos más compleja llevada a cabo por la Policía Metropolitana, según un comunicado emitido tras el veredicto.
“Los grupos del crimen organizado están utilizando criptomonedas para mover, ocultar e invertir las ganancias de delitos graves, pero cada transacción deja un rastro”, afirmó Will Lyne, jefe de delitos económicos y cibernéticos de la Policía Metropolitana.
Qian estaba detrás de una empresa de inversión china sin licencia que recaudó 40,000 millones de renminbi (US$ 5,600 millones) de unos 128,000 inversionistas entre 2014 y 2017, según los fiscales del tribunal londinense.
“Acepta su condena y los errores que la provocaron”, dijo Roger Sahota, su abogado. “Nunca tuvo la intención de cometer fraude, pero reconoce que sus planes de inversión fueron fraudulentos y engañaron a quienes confiaron en ella”.
Cuando las autoridades chinas irrumpieron en un evento organizado por su empresa en 2017, Qian escapó y viajó a Londres por países del sudeste asiático con un pasaporte falso de San Cristóbal y Nieves, según los fiscales.
En el Reino Unido contrató a Jian Wen, un trabajador de un restaurante de comida rápida, quien fue condenado el año pasado a más de seis años de prisión por ayudarla a lavar dinero. Qian utilizó a Wen y a Ling para alquilar casas de lujo, comprar joyas y propiedades en Dubái, y gastar decenas de miles de libras en artículos costosos.
“Mintió y conspiró”
“Mintió y tramó, buscando siempre beneficiarse a sí misma”, dijo el juez sobre Qian. “Con la ayuda de personas que reclutó y cuya lealtad compró, logró evadir la justicia durante más de siete años”.
Qian “gastó generosamente y viajó con frecuencia”, evitando países con tratados de extradición con China, añadió la jueza.
Un bufete de abogados londinense fue el primero en alertar a la policía sobre un intento de comprar propiedades con bitcoines sospechosos. La policía confiscó los 61.000 bitcoines y arrestó a Wen, pero Qian siguió prófuga, viviendo en mansiones de lujo en Escocia y York.
Wen seguía a la espera de juicio en febrero de 2024, cuando una transferencia de 8.2 bitcoines a una cartera vigilada por la policía llevó al arresto de Qian en su mansión de York.
Allí, los agentes hallaron múltiples dispositivos digitales con carteras de criptoactivos valuadas en más de £ 60 millones (US$ 79 millones), además de £ 48,000 en efectivo y numerosas joyas.
Qian planeaba comprar una gran casa, vender £ 200,000 en bitcoines al mes para financiar sus gastos y convertirse en “la monarca de Liberland”, una franja de tierra sin soberanía ubicada entre Croacia y Serbia, en la orilla occidental del río Danubio.
Tras su arresto, Qian se negó a responder la mayoría de las preguntas de la policía, aunque admitió que “sentía que iba a morir pronto y que era su última oportunidad para gastar”, según los fiscales.








