
El volumen del reciente derrame de petróleo ocurrido en Ecuador a causa de la rotura de un oleoducto ascendió a más de 25,000 barriles de crudo que llegaron a los principales ríos de la provincia de Esmeraldas y que dejaron temporalmente sin agua potable a varias ciudades.
Doce días después de que se produjese el derrame, la petrolera estatal ecuatoriana Petroecuador, que se encarga de operar el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (Sote) que originó este vertido, determinó este martes en un comunicado que el volumen derramado alcanzó los 25,116 barriles.
La compañía reveló públicamente esta información después de que el portal digital Primicias mostrara un oficio interno de Petroecuador que señalaba esa misma cifra, que había sido solicitada a la petrolera por los medios de comunicación desde el mismo día 13 de marzo que se produjo el derrame, pero hasta ahora no había sido informada.

Como referencia, según datos del Ministerio del Ambiente (Minam) de Perú, el derrame de petróleo ocurrido el 15 de enero de 2022 en el terminal multiboyas 2 de la Refinería la Pampilla en Ventanilla, Lima, ascendió a 11,900 barriles de petróleo.
¿Huayco o sabotaje?
La rotura de la tubería del Sote se produjo a su paso por el municipio de Quinindé, situado en la provincia de Esmeraldas, y el hidrocarburo llegó hasta el mismo río que da nombre a esta demarcación, lo que obligó a suspender el suministro de agua potable en varias localidades, entre ellas la ciudad de Esmeraldas, la capital provincial.
La actividad del oleoducto, que transporta el petróleo extraído de los pozos de la Amazonía ecuatoriana hasta la costa del país, estuvo paralizada durante los seis días que duró la reparación de la tubería y la retirada de unos 225,000 metros cúbicos de tierra que cayeron encima de la infraestructura, producto del deslizamiento de tierra.
Si bien desde un primer momento las autoridades ecuatorianas apuntaron a que el derrame se debió a ese corrimiento de tierras, la ministra de Energía y Minas, Inés Manzano, llegó a aseverar la semana pasada sin aportar prueba alguna que se trató de un supuesto sabotaje contra el Gobierno.
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En su comunicado de este martes, Petroecuador detalló que durante las labores de remediación se recuperaron 30.257 barriles de crudo mezclado con agua, a través de 179 camiones cisterna que lo llevaron a la Refinería de Esmeraldas para su correspondiente separación.
La empresa estatal aseveró que su “rápida respuesta permitió la contención en los diques construidos de manera inmediata, tras la alerta”, y actualmente se ha iniciado con la limpieza de la vegetación, riberas y orillas de los ríos Caple, Viche y Esmeraldas.

También se ha desarrollado limpieza de playas y se mantiene un seguimiento constante de trazas de hidrocarburos y de palos impregnados de petróleo que llegan con la marea. Actualmente se desarrollan tareas de limpieza en Muisne, Tonsupa, Peñas Blancas y Cabuyal.
Se han entregado 8,607 raciones de alimentos, tanques para almacenamiento de agua, pastillas de cloro y kits de purificación de agua, además de brigadas médicas en comunidades, recintos y parroquias que han brindado 1,238 atenciones.
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En las zonas afectadas por el corte del suministro de agua, la asistencia de la Armada del Ecuador y de la Cruz Roja Ecuatoriana ha permitido instalar plantas potabilizadoras de agua para distribuir un total de 4.2 millones de litros.
El lunes llegó a Quito un equipo de la oficina de Evaluación y Coordinación de Desastres de las Naciones Unidas para atender la solicitud de apoyo del Gobierno ecuatoriano.
De acuerdo a la ONU, la población afectada por este derrame alcanza el medio millón de personas, con reportes de haberse incrementado en la zona las afecciones respiratorias y gastrointestinales, además de poner en alto riesgo a menores, personas de la tercera edad y otras con condiciones preexistentes.
Con información de EFE y AFP
