El peso mexicano alcanzó el lunes su nivel más alto en más de cuatro meses, avanzando junto con la mayoría de divisas de mercados emergentes. Los operadores están a la espera de los datos clave de inflación de Estados Unidos de esta semana en medio de la evolución de las apuestas sobre cuándo exactamente la Reserva Federal comenzará a recortar las tasas de interés.
Trece de las 24 divisas de países en desarrollo analizadas por Bloomberg repuntaron frente a un dólar más débil el lunes, con el índice MSCI Inc. para monedas de mercados emergentes subiendo ligeramente durante la sesión. El sol peruano, el rand sudafricano y las divisas de Europa del Este se situaron entre las ganadoras.
Si bien los activos de los mercados emergentes retrocedieron la semana pasada al tiempo que los inversionistas cuestionaban qué tan rápido podría la Fed recortar las tasas este año, los datos de una encuesta de la Fed de Nueva York mostraron el lunes que las expectativas de inflación al consumidor cayeron a un mínimo de tres años.
Los rendimientos estadounidenses cayeron tras conocerse estos datos, lo que aumentó el apetito por las monedas latinoamericanas de mayor rendimiento, dijo Bertrand Delgado, estratega de Société Générale.
“En la medida en que la inflación estadounidense siga cayendo, especialmente la inflación subyacente, esto seguirá favoreciendo el apetito por el riesgo global y, en particular, el de América Latina”, dijo Delgado.
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El peso mexicano se fortaleció un 0.3% y alcanzó su nivel más alto desde finales de agosto. El repunte de las tasas estadounidenses hace que el carry del peso parezca más atractivo después de que las minutas de política monetaria de la semana pasada mostraran que los banqueros centrales mexicanos no tienen prisa por reducir los costos de endeudamiento, dijo Miguel Iturribarría de BBVA México.
“Los mercados prevén que los datos de inflación de esta semana puedan abrir la puerta a una Fed más dovish”, dijo. Sin embargo, indicó que era “demasiado pronto” para pensar en un recorte de tasas y que sigue esperando cierta volatilidad en el peso en los próximos meses.
En el otro extremo del espectro, el peso chileno fue el que más cayó entre las monedas de los mercados emergentes, retrocediendo un 1,7% para alcanzar su nivel más bajo desde mediados de noviembre. Los precios para el consumidor registraron en diciembre su mayor caída mensual en más de una década, informó el lunes la agencia nacional de estadísticas.
Delgado, de Société Générale, dijo que los datos “consolidaron” las expectativas de un recorte de al menos 75 puntos básicos a finales de mes. También aumenta las posibilidades de un recorte aún mayor que podría minar la demanda de la moneda, dijo.
El baht tailandés cayó un 0.9% después del primer ministro Sretta Thavisin instara al banco central a que considere bajar los costos de endeudamiento en apoyo a la economía. El ritmo de recuperación de Tailandia de la pandemia ha sido uno de los más lentos del sudeste asiático.
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Mientras tanto, el indicador MSCI para acciones de mercados emergente retrocedió por debajo de los 1,000 puntos del índice hasta el nivel intradiario más bajo desde el 26 de diciembre, lastrado por las acciones asiáticas, con un sentimiento que sigue siendo negativo en China.
La participación de China en el índice MSCI ha caído a su nivel más bajo desde 2017, destacando cómo una perspectiva bajista para la segunda economía más grande del mundo está divergiendo de otros mercados emergentes.
Aun así, los economistas de HSBC Holdings dirigidos por Jing Liu escribieron que “2024 será mejor” para China, con un aterrizaje suave en el sector inmobiliario, una mayor coordinación de la política fiscal y la relajación de las presiones inflacionistas, todo ello apoyando el crecimiento.
Las acciones de los bancos turcos subieron después de que Bank of America Securities observara un aumento del interés de los inversores. El índice MSCI de proveedores de servicios financieros turcos avanzó un 8.6% hasta un máximo histórico en su mayor subida en un día desde mayo.
Arabia Saudita pasó a engrosar la lista de países en desarrollo prestatarios que recurren a los inversores en bonos a un ritmo récord para principios de año. El reino se unió a México, Indonesia y Polonia, que han emitido casi US$ 25,000 millones en bonos en lo que va de 2024.
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