
El presidente estadounidense Donald Trump enfrenta el reto de convencer a senadores republicanos, inversionistas mundiales, votantes e incluso a Elon Musk de que no hundirá en deudas al gobierno federal debido a su paquete multibillonario de exenciones fiscales.
La respuesta de los mercados financieros hasta el momento ha sido escéptica porque Trump parece incapaz de recortar los déficits como prometió.
“Toda esta retórica sobre reducir billones de dólares del gasto no ha llegado a nada, y la reforma fiscal lo codifica”, dijo Michael Strain, director de estudios de política económica del Instituto Empresarial Estadounidense, un centro de expertos de tendencia derecha. “Existe cierta preocupación sobre la competencia del Congreso y de este gobierno, y eso hace que añadir al déficit un montón grande de dinero sea más arriesgado”.
La Casa Blanca ha criticado duramente a cualquiera que haya expresado preocupación por el efecto bola de nieve de la deuda en el gobierno de Trump, a pesar de que hizo precisamente eso durante su primer mandato tras los recortes de impuestos de 2017.
Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, dijo al inicio de su sesión informativa el jueves que quería “desmentir algunas afirmaciones falsas” sobre los recortes de impuestos de Trump.
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Leavitt puntualizó que la “afirmación flagrantemente errónea de que el “Proyecto de Ley Único, Grande y Hermoso” aumenta el déficit se basa en la Oficina de Presupuesto del Congreso y otros analistas que utilizan suposiciones deficientes y que históricamente han sido pésimos en sus proyecciones, tanto en gobiernos demócratas como republicanos”.
Pero el propio Trump ha sugerido que la falta de recortes de gastos suficientes para compensar sus reducciones de impuestos resultó de la necesidad de mantener unida a la coalición republicana en el Congreso.
“Tenemos que conseguir muchos votos”, dijo Trump la semana pasada. “No podemos estar haciendo recortes”.
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Eso ha llevado al gobierno a confiar en que el crecimiento económico resuelva el problema, una creencia que pocos fuera del círculo de Trump consideran viable.
El multimillonario tecnológico Elon Musk, quien hasta hace poco formaba parte del círculo íntimo de Trump como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), declaró a CBS News: “Francamente, me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gastos, que incrementa el déficit presupuestario, no solo lo reduce, y socava el trabajo que está realizando el equipo de DOGE”.

La deuda federal sigue en aumento
Los recortes de impuestos y gastos que fueron aprobados por la Cámara de Representantes el mes pasado añadirían más de 5 billones de dólares a la deuda nacional en la próxima década si se permite que todos ellos continúen, según el Comité para un Presupuesto Financiero Responsable, un grupo de vigilancia fiscal.
Para hacer que el costo del proyecto de ley parezca menor, diversas partes de la legislación tienen fecha de caducidad, que es la misma táctica que se empleó con los recortes de impuestos de Trump de 2017 y provocó el dilema de este año, pues muchos de los recortes de impuestos de ese paquete del mandato anterior expirarán el próximo año a menos que el Congreso los renueve.
Pero la deuda es un problema mucho mayor ahora que hace ocho años. Los inversores exigen que el gobierno pague una prima más alta para continuar con su endeudamiento, ya que la deuda total ha superado los 36,1 billones de dólares. El tipo de interés del bono del Tesoro a 10 años ronda el 4.5%, un aumento drástico respecto del 2,5% que se cobraba cuando se promulgaron las reducciones de impuestos de 2017.
El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca argumenta que sus políticas impulsarán un crecimiento tan rápido que los déficits presupuestarios anuales se reducirán en relación con la economía en su conjunto, lo que situará al gobierno estadounidense en una senda fiscalmente sostenible.
El consejo argumenta que la economía se podría expandir a un promedio anual de 3.2% durante los próximos cuatro años, en lugar del 1.9% previsto por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), y que se crearían o salvarían hasta 7.4 millones de empleos. La mayoría de los economistas consideran que la CBO, una entidad no partidista, es el estándar fundamental para evaluar políticas, a pesar de que no elabora estimaciones de costos para las medidas adoptadas por el poder ejecutivo, como los aranceles unilaterales de Trump.
Stephen Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos, dijo a la prensa que, cuando el crecimiento proyectado por la Casa Blanca se acompañe de los ingresos que se esperan por los aranceles, los déficits presupuestarios previstos disminuirán. Los recortes de impuestos aumentarán la oferta de dinero disponible para la inversión, la cantidad de trabajadores y la de bienes producidos en el país, todo lo cual, según la lógica de Miran, acelerará el crecimiento sin generar nuevas presiones inflacionarias.
“Quiero asegurarles a todos que el déficit es una preocupación muy importante para este gobierno”, declaró Miran recientemente a la prensa.
Russell Vought, director de presupuesto de la Casa Blanca, dijo a los medios que la idea de que el proyecto de ley sea “de alguna manera perjudicial para la deuda y el déficit es fundamentalmente errónea”.
Economistas dudan que el plan de Trump pueda impulsar el crecimiento lo suficiente para reducir el déficit
La mayoría de los economistas externos prevén que el endeudamiento adicional mantendrá las tasas de interés más altas y desacelerará el crecimiento económico general, mientras que el costo de los préstamos para viviendas, automóviles, empresas e incluso la educación universitaria aumentarán.
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“Esto simplemente agrava el problema que enfrentarán los futuros responsables de las políticas públicas”, manifestó Brendan Duke, exasesor del gobierno de Biden y ahora miembro del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, un grupo de expertos de tendencia liberal. Duke agregó que, dado que se establece que los recortes de impuestos en el proyecto de ley expiran en 2028, los legisladores tendrían que “lidiar al mismo tiempo con la Seguridad Social, Medicare y los recortes de impuestos que expiran”.
Kent Smetters, director de facultad de Modelo Presupuestario de la Escuela Wharton, la facultad de negocios y economía de la Universidad de Pennsilvania, dijo que las proyecciones de crecimiento del equipo económico de Trump son “una obra de ficción”. Explicó que el proyecto de ley provocaría que algunos trabajadores opten por trabajar menos horas para calificar para Medicaid.
“No conozco a ningún analista serio que haya aumentado significativamente su pronóstico de crecimiento debido a esta legislación”, manifestó Jason Furman, profesor de la Universidad de Harvard y presidente del Consejo de Asesores Económicos durante el gobierno de Barack Obama. “Estos no son, en su mayoría, recortes de impuestos orientados al crecimiento ni a la competitividad. Y, de hecho, el aumento de las tasas de interés a largo plazo tendrá el efecto contrario y perjudicará el crecimiento”.
La incapacidad de la Casa Blanca hasta el momento para calmar las preocupaciones sobre el déficit genera una reacción política negativa para Trump, ya que los recortes de impuestos y gastos aprobados por la Cámara de Representantes ahora pasan al Senado. Los senadores republicanos Ron Johnson, de Wisconsin, y Rand Paul, de Kentucky, han expresado su preocupación por el probable aumento del déficit, y Johnson ha dicho que hay suficientes senadores para retrasar el proyecto de ley hasta que se aborden los déficits.
“Creo que tenemos los suficientes para detener el proceso hasta que el presidente se tome en serio la reducción del gasto y reduzca el déficit”, declaró Johnson en CNN.
Trump confía que los ingresos arancelarios ayudarán
La Casa Blanca también confía en que los ingresos arancelarios ayudarán a cubrir los déficits adicionales, a pesar de que los fallos judiciales recientes ponen en duda la legitimidad de la declaración de emergencia económica por parte de Trump para imponer impuestos de gran alcance a las importaciones.
Cuando Trump anunció sus aranceles casi universales en abril, dijo específicamente que sus políticas generarían suficientes ingresos nuevos para comenzar a pagar la deuda nacional. Sus comentarios coincidieron con las declaraciones de sus asesores, incluido Scott Bessent, secretario del Tesoro, de que los déficits presupuestarios anuales podrían reducirse a más de la mitad.
“Es nuestro turno de prosperar y, al hacerlo, utilizar billones y billones de dólares para reducir nuestros impuestos y pagar nuestra deuda nacional, y todo eso sucederá muy rápidamente”, dijo Trump hace dos meses al promover sus impuestos a las importaciones e instar a los legisladores a aprobar por separado los recortes fiscales y de gasto.
El gobierno de Trump está en lo correcto al afirmar que el crecimiento puede ayudar a reducir las presiones deficitarias, pero no es suficiente por sí mismo para lograrlo, según una nueva investigación de los economistas Douglas Elmendorf, Glenn Hubbard y Zachary Liscow.
Ernie Tedeschi, director de economía del Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale, reportó que “un crecimiento adicional ni siquiera nos acerca a donde necesitamos estar”.
El gobierno necesitaría 10 billones de dólares de reducción del déficit a lo largo de los próximos 10 años solo para estabilizar la deuda, explicó Tedeschi. Y aunque la Casa Blanca afirma que los recortes fiscales impulsarán el crecimiento, la mayor parte del costo se destina a preservar las exenciones fiscales ya existentes, así que es poco probable que estimulen la economía de forma significativa.
“Está estancado”, concluyó Tedeschi.