
Escribe Jorge Garate, Socio de McKinsey & Company Perú.
¿Estamos listos para la revolución de la inteligencia artificial? Todo indica que la banca minorista y el financiamiento de las pymes sí. Lo que solía depender de la familiaridad de marca y la inercia del consumidor, hoy enfrenta una disrupción estructural: la irrupción de los agentes de inteligencia artificial (IA), o Agentic AI. Estos “asistentes” digitales están diseñados para actuar con autonomía, tomar decisiones financieras sofisticadas y optimizar resultados. La transformación no es hipotética ni lejana, y sus implicaciones afectan miles de millones de dólares en ingresos.
La promesa es clara: permitir que consumidores y empresas deleguen tareas financieras complejas a sistemas que ejecuten comandos, anticipen necesidades, analicen datos en tiempo real y actúen proactivamente.
¿Cómo funcionan los Agentic AI?
Dos motores de ingresos particularmente expuestos son las tarjetas de crédito y los depósitos bancarios. El sector global de pagos genera más de 2.7 billones de dólares al año, de los cuales aproximadamente la mitad proviene de márgenes sobre depósitos y productos de tarjeta de crédito. Sin embargo, los agentes están listos para erosionar estos márgenes al eliminar la fricción de la toma de decisiones financieras.
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Plataformas como Raisin ya han demostrado cómo los consumidores pueden trasladar miles de millones a productos más rentables cuando tienen herramientas eficientes. Con los agentes al control, esta optimización se volverá sistemática y automática.
Las pymes también están en el centro de esta revolución. Muchos negocios ya usan plataformas automatizadas de gestión de tesorería y cambio de divisas en tiempo real. La asistencia también está lista para aprovechar datos de benchmarking y analítica avanzada para transformar cómo las instituciones atienden a las pymes, potenciando la eficiencia operativa y mejorando la experiencia financiera.
En cuanto a las tarjetas de crédito, el cambio será igual de disruptivo. El modelo actual, que generó 234 mil millones en el 2024, depende de la pasividad del usuario: más del 20% no redimió recompensas y entre 3% y 5% de los puntos se pierden cada año por expiración o cierre de cuentas.
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Los agentes de IA podrán, además, dirigir automáticamente el gasto a la mejor tarjeta, generar solicitudes para ofertas más convenientes y transferir saldos antes de que expiren las tarifas promocionales. Esto ya sucede: Klarna ajusta límites de gasto, Curve permite establecer categorías y Apple Wallet ajusta pagos en Apple Card. Estas automatizaciones anticipan la delegación total de tareas relacionadas con la tarjeta.
Anticipación para reinventar el futuro
¿Estamos preparados para esto? El desafío es técnico y estratégico. Los agentes de IA responden más a rendimiento que a lealtades de marca y, para mantener la relevancia, los bancos deben rediseñar productos pensando en tecnologías, con APIs abiertas, estructuras transparentes y sistemas listos para algoritmos. Replantear la infraestructura técnica es tan urgente como rediseñar la propuesta de valor. Obstáculos como puntajes crediticios rígidos, errores de agentes, riesgos de fraude o regulación en evolución marcarán el ritmo, pero no detendrán el cambio.
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Estamos frente a un punto de inflexión. Los Agentic AI son un nuevo modelo de relación financiera entre usuarios y sistemas. Para los bancos, es reimaginar su rol en un ecosistema donde la decisión ya no está en manos del usuario, sino en manos del agente que lo representa. Para los emisores de tarjetas, apps, procesadores de pagos y plataformas, la clave será integrarse con nuevas inteligencias financieras y asegurar que sus productos sean visibles y seleccionables por sistemas autónomos.
La lealtad ya no será suficiente: el desempeño dictará la relevancia. Quienes se anticipen, reinventarán el futuro de la banca y el financiamiento empresarial en nuestra región. ¿Cuándo veremos esto de manera tangible en América Latina?