
Escribe: Mirtha Zamudio, directora independiente y miembro de WCD Perú
En el Perú estamos viviendo un recambio generacional en los liderazgos empresariales. Cada vez más jóvenes asumen posiciones de CEO y otras posiciones de gerentes en primera línea. Con ello inyectan entusiasmo y nuevos ideales que dan sentido al cambio, ya que consideran a la digitalización, innovación, sostenibilidad y gestión con propósito sus nuevos pilares de crecimiento en la empresa. Este cambio también plantea un gran desafío: ¿estamos los directores preparados para acompañar y potenciar a esta nueva generación de líderes?
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La experiencia de un directorio es un activo invaluable. No sólo se trata de conocimiento o de años, sino de haber vivido decisiones difíciles, crisis inesperadas y tener visión con perspectiva. Sin embargo, hoy no basta con la trayectoria ni con supervisar resultados y cumplimiento; los directores debemos ser aliados estratégicos y “caminar con el CEO”. Esto marca una evolución profunda en el rol del director, pues debemos tener un diálogo abierto sin prejuicios y un equilibrio entre independencia y apoyo, compartir la visión de futuro, comprender los retos operativos y tecnológicos, y ayudar a anticipar escenarios.

“Caminar con el CEO” también exige que el director entienda el modelo de negocio y sus replanteamientos constantes. El mundo empresarial se mueve con una velocidad distinta: la tecnología, los consumidores y los riesgos cambian cada día, y eso obliga a decidir rápido, probar, corregir y avanzar. Los nuevos CEO operan en contextos altamente dinámicos y requieren un directorio que pase de tener una adopción reticente al cambio tecnológico a comprender y familiarizarse con un cambio exponencial, una innovación disruptiva, y tecnologías emergentes. Por ello, necesitamos actualizarnos para seguir aportando valor real en decisiones críticas.
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Esto implica, por ejemplo, conocer sobre la inteligencia artificial (IA) o la ciberseguridad. Según WEF (2025) el 83% de los ejecutivos ven la IA como una prioridad estratégica para sus organizaciones, seguida por la estrategia de análisis de datos y la ciberseguridad de acuerdo al informe de Gartner 2025. Complementando los temas más técnicos, la transformación cultural también es clave: según el Informe de Mercer, Tendencias Globales de Talento 2025, un 70% de las empresas en Perú priorizan la digitalización como estrategia clave, lo que requiere un fuerte liderazgo en la transformación organizacional. Todos estos temas, junto con las finanzas sostenibles y otros, requieren comprensión y criterio estratégico.
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Por lo tanto, la capacitación de los directores ya no es opcional, es esencial. Un director que invierte en aprender logra anticipar tendencias, ofrecer un contrapeso estratégico sólido y, sobre todo, construye más confianza con los nuevos CEO. La pregunta ya no es si debemos capacitarnos como directores, sino cuánto estamos dispuesto a invertir para estar a la altura de esta nueva generación de líderes.
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Hoy más que nunca la verdadera fortaleza está en tender puentes entre la experiencia y la innovación. El futuro de las empresas dependerá de esta alianza renovada. La relación entre generaciones no debe ser de freno, sino un acelerador.







