
Escribe: Juan Carlos Odar, director gerente en Phase Consultores
Empecemos con dos enunciados sobre el dinamismo de la producción nacional que podrían parecer contradictorios, pero no lo son:
i. Hace años Perú ha dejado de ser el líder del crecimiento regional.
ii. La economía está recobrando impulso.
LEA TAMBIÉN: Despido por bajo rendimiento: lo que todo empleador debe saber
En efecto, la economía peruana está creciendo este año a un ritmo algo superior al 3%. Ya el año pasado la expansión fue de 3.3% y parece que este año la tasa que se alcance será similar. Pero en horizontes algo más largos, que es lo que importa para medir realmente el crecimiento y su impacto en el bienestar, veremos que algo falla. Así, la expansión acumulada entre el 2023 y el 2024 ha sido 2.9%; considerando que nuestro crecimiento potencial (el que se podría lograr utilizando plenamente los factores de producción y sin generar inflación) es algo inferior a 3%, en la práctica hemos crecido en dos años lo que deberíamos haber hecho en uno solo.
LEA TAMBIÉN: Qué podemos y debemos hacer los empresarios
Si nos fijamos en la evolución desde febrero del 2020, justo antes de que empezara el confinamiento y los impactos de la pandemia, el ritmo promedio anualizado de crecimiento hasta abril del 2025 es de sólo 1.5%. Considerando el crecimiento promedio de los últimos 20 años, éste es 4.2%; diez años antes, esta tasa era de 4.8%. Y si nos fijamos en el promedio de sólo 10 años, las mismas tasas bajan a 2.2% y 6.1%, respectivamente. Siguiendo con los períodos de 10 años, en la década móvil terminada en el 2024 –sin contar el bienio 2020-2021–, la mayor tasa de crecimiento del Perú fue 4% (tanto en el 2016 como en el 2018), mientras que la menor fue -0.4% en el 2023 (el año de la recesión que el Gobierno decía que no era recesión). Hacia el 2014, las tasas de crecimiento de los últimos 10 años estuvieron entre 9.1% (2008) y 1.1% (2009). Es claro entonces que la velocidad del crecimiento se ha reducido, aun cuando hayamos mejorado en algo en el 2024.
LEA TAMBIÉN: Caso Credicorp: La Sunat vs. la Sunat
Ahora, aunque América Latina dista mucho de ser un referente global en materia de crecimiento, pongamos el desempeño del Perú en el contexto regional ya que podría pensarse que las condiciones externas podrían estar jugando en contra del dinamismo de la economía. La mediana de crecimiento del PBI de 17 países de la región (sin contar el Perú) fue 3.3% en el 2023 y 3.1% en el 2024. El promedio de este indicador en los últimos 10 años fue 2.4%, mientras que en los 10 años terminados en el 2014 fue 4%. Entonces sí se encuentra también un desgaste en el ritmo de crecimiento de la región y eso podría estar afectándonos.
LEA TAMBIÉN: Cinco claves para un entorno laboral inclusivo y seguro
Sin embargo, cabe destacar que entre el 2005 y el 2014, el Perú sacó en promedio una ventaja de más de 200 pbs. sobre la mediana de crecimiento regional (en esos años creció a un ritmo promedio anual de 6.4%, mientras la región lo hizo en 4.2%), lo que muestra que la desaceleración del Perú ha sido más pronunciada. Así, en tres de los últimos cinco años hemos crecido por debajo de la mediana regional; para encontrar un desempeño tan magro anterior, debemos remontarnos al quinquenio 2000-2004, cuando nos afectaron varios factores, incluyendo la crisis política del 2000. De otra parte, entre el 2005 y el 2014 la economía peruana creció por encima de la mediana regional en nueve de esos 10 años (la única excepción fue justamente el año 2014). Entonces la región ha perdido dinamismo, pero Perú lo ha perdido aún más.
LEA TAMBIÉN: El clima como destino: ¿Qué lugares turísticos se benefician en esta temporada?
En esa línea, encontramos cierta similitud entre el período 2000-2004 y el 2020-2024 considerando que en ambas ha habido un elemento de inestabilidad política. En particular, si el crecimiento de la economía peruana es, entre otras variables, condicionado por el crecimiento de la región, dadas las condiciones externas podríamos estar logrando una expansión de la economía no de alrededor de 3%, sino una que podría ubicarse por encima de 5% de replicarse el dinamismo relativo de Perú sobre la región que se observó en la década terminada el 2014; si adicionalmente se tiene en cuenta que además los términos de intercambio (guiados por precios de exportaciones) están en sus mayores niveles históricos, se evidencia más que las condiciones externas para lograr un mayor crecimiento están dadas.
LEA TAMBIÉN: Indemnizaciones y penalidades: ¿siguen siendo gastos deducibles?
Pero la inversión privada no ha respondido a esas condiciones. Es más, aunque estuvo creciendo después de la pandemia, en la práctica se ha estancado a un nivel similar al que alcanzó al 3T22 (de hecho, al 1T25 ha sido 1.8% menor que entonces). ¿Casualidad o cautela? En todo caso, las fuentes del deterioro son locales y parecen vinculadas a fragilidad política o institucional. El tema requiere mayor análisis, pero debe quedar claro para las próximas elecciones.