
La Ley de Fortalecimiento de la Sunat (Ley 29816) establece que la autoridad máxima del ente recaudador –el superintendente o la superintendenta nacional– permanece en el cargo durante cinco años. Pero desde que la norma fue promulgada, en diciembre del 2012, a la fecha, ninguno de los ocho que estuvieron al frente del ente recaudador logró completar dicho periodo. Hasta la llegada de Dina Boluarte, duraron entre uno y cuatro años, pero la alta rotación en cargos públicos, iniciada por el régimen de Pedro Castillo, se acentuó con su sustitua y se expandió a entidades clave del equipo económico, incluido el propio MEF, sus viceministerios y direcciones generales. Y la Sunat.
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El desfile de jefes efímeros comenzó en marzo del 2024, con Gerardo López, que duró siete meses. Le siguieron Víctor Mejía (cinco meses) y Marilú Llerena (seis meses), quien el fin de semana fue sustituida por Edward Tovar. López y Mejía fueron nombrados por el entonces titular del MEF, José Arista. El también efímero José Salardi designó a Llerena y destacó que era la primera mujer proveniente de las canteras de la Sunat en asumir dicho cargo. Anteriores superintendentas, aunque no de carrera, tuvieron desempeños destacados; por ejemplo, en el aumento de la base tributaria efectiva (empresas y personas que declaran y pagan sus impuestos).
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En ninguno de los casos mencionados, hubo explicación oficial del cambio y la resolución suprema que nombró a Tovar se limita a señalar que el cargo estaba vacante. Lo curioso en el caso de Llerena, es que la recaudación tributaria está en alza. En agosto aumentó 19.3% mientras que en enero-agosto creció 13.6%, en ambos casos, respecto de los mismos periodos del 2024. Si bien el principal factor del alza es la recuperación de la economía del país, dada la costumbre de Boluarte y sus ministros de atribuirse logros ajenos, el titular del MEF, Raúl Pérez Reyes, no podría justificar la salida de Llerena en una baja recaudación.
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Quien sí tendría que exponer logros es Tovar, pues desde junio del 2024 y hasta la semana pasada, fue presidente del Tribunal Fiscal (TF). Lo nombró Arista, que en agosto del 2024 dijo que se trabajaría para reducir los procesos en el TF desde el promedio de nueve años a solamente nueve meses. Además, calificó de “poco eficiente” el modo en que se maneja la deuda tributaria. ¿Se obtuvieron avances en ese objetivo, casi quijotesco? Quizás nos digan que Tovar estuvo poco tiempo en el TF. Es que en cinco o seis meses, o un año, es poco probable mejorar la administración tributaria.