
Escribe: Martín Mayandía Burns, socio en Petra Legal
Mi viejo amigo Raúl Vizcarra me envió un comentario más que interesante que, entre otras cosas, citaba a Ronald Reagan, quién señalaba: “No tenemos un trillón de dólares en deuda porque no hayamos cobrado suficientes impuestos; tenemos un trillón de dólares en deuda porque hemos gastado demasiado”.
El downgrading de la deuda de largo plazo de los Estados Unidos resulta sumamente importante. No es solamente una señal que los mercados pueden ver como un titular de periódico, sino que tiene efectos importantes en todos ellos.
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Dicha rebaja tiene implicancias significativas para economías emergentes como la peruana. Aunque el Perú mantiene fundamentos macroeconómicos sólidos, esta decisión podría generar efectos tanto negativos como oportunidades de corto y mediano plazo.
Así, un análisis de los problemas potenciales es:
1. Incremento en los costos de financiamiento: La rebaja de la calificación de Estados Unidos puede provocar el aumento de las tasas de interés globales, lo que encarecería el costo de financiamiento para países emergentes como el Perú. Esto en el contexto por ejemplo de la reciente emisión de bonos soberanos con tasa de 6.87%.
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2. Mayor volatilidad de los mercados financieros: La rebaja en la calificación de Estados Unidos aumenta la aversión al riesgo de los inversionistas globales, generando salidas de capital de mercados emergentes hacia activos refugio. Perú, como país emergente, experimenta presiones sobre el tipo de cambio y los flujos de inversión extranjera de corto plazo.
3. Revalorización del dólar: Lo que es una paradoja, es que aun cuando se rebaje la calificación de Estados Unidos la percepción de su mercado financiero como el más líquido y profundo del mundo genera una demanda continua de dólares. Esto puede llevar a una apreciación del dólar frente al sol, encareciendo las importaciones, pero también mejorando la competitividad de las exportaciones peruanas.
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4. Impacto en las exportaciones: Una posible desaceleración de la economía de los Estados Unidos podría reducir la demanda de las exportaciones peruanas, afectando sus sectores clave como la minería y la agroindustria, y por ende impactar en la recaudación fiscal. A lo anterior se suma la impredictibilidad de la política arancelaria del actual Gobierno de los Estados Unidos.
Por otra parte, esta situación podría generar grandes oportunidades para el Perú:
A. Fortalecimiento del rol del país como destino de inversiones: En un contexto de menor confianza en activos de los Estados Unidos, los inversionistas institucionales buscan alternativas de alto rendimiento con fundamentos sólidos. Nuestro país, con una deuda pública menor a 35% del PBI (deuda pública en términos del PBI), una inflación relativamente controlada a la baja, un Banco Central de Reserva independiente y un régimen macroeconómico consistente, se presenta como una alternativa atractiva en la región.
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Entre las opciones disponibles para invertir en el Perú se encuentran: (i) la promoción de emisiones soberanas y corporativas aprovechando los diferenciales de tasas de interés competitivas; (ii) atraer inversión extranjera directa; (iii) aprovechar fondos de inversión que se beneficien bel contexto para diversificar fuera del dólar; (iv) entre otras.
B. Desdolarización progresiva de la economía peruana: El downgrading refuerza la necesidad de reducir la dependencia del dólar en las operaciones financieras internas representando una oportunidad para: (i) fomentar instrumentos financieros en soles, incluyendo bonos corporativos y gubernamentales en moneda local; (ii) incentivar derivados de cobertura para reducir la exposición al tipo de cambio; (iii) promover el uso del sol en contratos comerciales y proyectos de infraestructura; (iv) entre otros.
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En ese contexto, el Banco Central podría procurar acelerar la internacionalización del sol como divisa regional de uso secundario (siguiendo el modelo del peso chileno o el real brasileño).
C. Reposicionamiento estratégico en la geopolítica financiera: El debilitamiento relativo de los Estados Unidos como emisor “libre de riesgo” puede dar lugar al reordenamiento de los flujos financieros y comerciales en el que el Perú tiene oportunidad de jugar un rol clave, para lo cual: (i) debe generar una mayor cooperación financiera con Asia, a través de emisiones de deuda en yuanes o mediante swaps de liquidez; (ii) desarrollando las plataformas financieras regionales; (iii) entre otros.
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D. Impulso a la exportación y ganancias en términos del comercio: Una apreciación global del dólar puede fortalecer las exportaciones peruanas de minerales, productos agroindustriales y textiles, cuyos precios están denominados en dólares. Adicionalmente, si el sol se deprecia moderadamente: (i) se incrementa la competitividad de productos peruanos frente a pares regionales; (ii) se facilita la recuperación de ingresos fiscales vía el IGV y el Impuesto a la Renta por mayores ventas al exterior; y (iii) se mejora el tipo de cambio efectivo real, lo que favorece la inversión en los sectores exportadores y fomenta la diversificación productiva.
Consideramos que hay varios elementos adicionales por analizar y que, si bien existen riesgos, el downgrading de la deuda soberana de los Estados Unidos representa más de una oportunidad para la economía peruana.