
Escribe: Jorge Beingolea, Vicepresidente de Soluciones de Portafolio de Credicorp Capital Asset Management
(8 de junio del 2025) El índice S&P 500 ha experimentado una notable recuperación los últimos dos meses. Desde el 9 de abril, cuando se anunciaron las primeras pausas a los anuncios arancelarios del “Día de la Liberación”, ha retornado 20%. Mientras tanto, las tasas de los bonos soberanos de EE. UU. han mostrado una tendencia alcista en ese mismo periodo: la tasa de rendimiento del bono a 10 años llegó a un pico de 4.61% durante mayo luego de haber caído por debajo de 4% durante los primeros días de abril.
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Estos movimientos reflejan menores temores de recesión por la aparente marcha atrás que ha dado el gobierno de Trump en su perniciosa política de comercio internacional, sin embargo, igual o más importante ha sido el ímpetu mostrado por los republicanos por aprobar el plan de presupuesto promovido por el presidente, pero ¿en qué consiste este plan y qué implicancias adicionales podría tener en la economía y mercados financieros?
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Exoneraciones al impuesto a la renta
El proyecto de ley de presupuesto impulsado por Trump y los congresistas republicanos tiene un claro sesgo expansivo. Apunta a extender hasta 2035 las exenciones al impuesto a la renta promulgadas en 2017. Asimismo, plantea extender el trato tributariamente preferencial a otro tipo de ingresos (propinas, horas extra, entre otros) y aumentar el límite de deducciones para impuestos locales y estatales.
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Si bien el proyecto contempla aumentar otras fuentes de recaudación (reducción de crédito fiscal para inversión en energía renovable, reducción de condonaciones de préstamos estudiantiles y recortes al gasto en programas de salud, entre otros), el impacto neto para la próxima década será deficitario.
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La oficina de presupuesto del Congreso de EE. UU. estima que, de aprobarse, esta ley agregaría aproximadamente US$ 3.1 trillones a las necesidades de financiamiento del gobierno durante el periodo 2025-2035. Aunque esto podría hacer que el crecimiento potencial del PBI aumente en aproximadamente 0.5% anual, impedirá que el déficit fiscal caiga por debajo de 6%, lejos del 3% que anunció como meta Scott Bessent, secretario del Tesoro, y haría que el ratio deuda/PBI suba del 100% actual a un rango entre 110% y 120% hacia el final de la presente década.
¿Cuál sería el impacto en los mercados?
El envión a la actividad económica debería dar soporte a la renta variable en el corto plazo. Si bien la economía se ha venido desacelerando, está operando aún a un nivel saludable y las empresas arrojan utilidades que crecen. Sumando a esto el impulso que los recortes tributarios le darían al consumo, el riesgo de cola de una recesión probablemente caiga aún más, y esto podría reflejarse en apreciaciones adicionales -aunque no demasiado significativas- de las acciones de EE. UU.
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Sin embargo, la aprobación de este proyecto de ley – que ya se debate en el Senado- es una nueva demostración de la poca voluntad política que existe en EE. UU. por establecer un régimen de disciplina fiscal.
Típicamente, la política fiscal es contracíclica, para tratar de estimular la actividad cuando se deteriora y restringirla cuando el sobrecalentamiento genera inflación. No obstante, desde 2018, EE. UU. ha aprobado dos planes de estímulo fiscal en momentos boyantes de la economía (2018 y 2023), lo cual contribuye a generar presiones inflacionarias. Esto no solamente hace más difícil que la Reserva Federal pueda continuar con su ciclo de recortes, sino que aumenta la prima por plazo que los inversionistas demandan para comprar bonos largos del tesoro estadounidense. En esa línea, creemos que es conveniente mantener una duración entre neutral y corta en portafolios de renta fija.