
Escribe: Antonio Cevallos, CEO de BBVA Asset Management
Todos hemos escuchado que deberíamos ahorrar, pero pocos realmente sabemos cómo empezar o mantener el hábito en el tiempo. En un país como el Perú, donde más del 80% de la población económicamente activa se mueve en la informalidad y la mayoría de las personas vive al día, ahorrar no es solo una cuestión de voluntad: es un proceso que involucra verdadera intención y conciencia.
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¿Por qué nos cuesta tanto ahorrar?
La teoría económica tradicional diría que las personas ahorran cuando sus ingresos superan a sus gastos. Pero la realidad es más compleja. Las decisiones financieras no son 100% racionales. Existen alguno sesgos psicológicos que explican por qué posponemos el ahorro:
- Sesgo del presente: Preferimos la gratificación inmediata antes que un beneficio futuro.
- Falta de objetivos claros: Es más difícil ahorrar “por si acaso” que para algo concreto como un viaje, una emergencia o la cuota inicial de una casa.
- Subestimación de los pequeños gastos: Esos 10 soles diarios en delivery o cafés suman más de lo que imaginamos.
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Empieza por conocerte: ¿cuánto ganas y cuánto gastas realmente?
No se puede mejorar lo que no se mide. El primer paso para ahorrar no es guardar dinero, sino entender tu flujo de caja personal.
Herramienta práctica: toma una hoja de papel o una plantilla de Excel y anota:
- Tus ingresos mensuales netos.
- Todos tus gastos fijos (alquiler, servicios, movilidad, colegio, etc.).
- Tus gastos variables (comidas fuera, entretenimiento, compras).
Haz este ejercicio por lo menos durante un mes. Empezarás a ver ciertos patrones.
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La regla del 50/30/20 (y su versión peruana)
Una regla conocida de presupuesto es la del 50/30/20:
- 50% para necesidades básicas.
- 30% para deseos o estilo de vida.
- 20% para ahorro y pago de deudas.
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Pero en un país como el Perú, donde los sueldos promedio son bajos y la canasta básica puede absorber más del 70% del ingreso familiar, esta fórmula no siempre aplica.
¿Qué hacer entonces? Ajustar la regla según tu realidad. Si hoy sólo puedes ahorrar el 5%, empieza por ahí. Lo importante no es cuánto, sino empezar. En mi experiencia, una vez que logras ahorrar cinco o seis meses seguidos, el resto se hace mucho más fácil y el porcentaje del sueldo ahorrado tenderá a subir.
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Estrategia: Págate a ti primero
La mayoría de las personas espera a fin de mes para ahorrar “lo que sobra”. La realidad: casi nunca sobra. Por ello, mi recomendación práctica es que apenas recibas tu sueldo, transfiere automáticamente una parte a una cuenta de ahorros separada. Puede ser el 5%, el 10%, o incluso 20 soles. Al principio se sentirá incómodo, pero tu estilo de vida se ajustará. Y verás cómo tu fondo empieza a crecer.
El primer destino del ahorro debería ser un fondo de emergencia: un monto destinado a cubrir imprevistos como una enfermedad, la pérdida del trabajo o una reparación urgente.
Meta inicial sugerida: acumular al menos 1 mes de tus gastos esenciales. Luego apunta a 3, y si puedes, hasta 6 meses. Esta es la base de tu estabilidad financiera.
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Ahorrar también es protegerse del gasto innecesario
A veces, ahorrar no es solo “guardar”, sino evitar gastar mal. Antes de comprar algo pregúntate:
- ¿Realmente lo necesito?
- ¿Puedo conseguirlo más barato?
- ¿Qué pasaría si espero una semana para comprarlo?
Ese espacio de reflexión muchas veces evita compras impulsivas.
Conclusión: el ahorro es un músculo, no una meta única. Como yo lo veo, ahorrar es como ir al gimnasio. No vas una vez y esperas estar en forma. Se requiere constancia, ajustes y paciencia. Pero con el tiempo, se vuelve más natural y gratificante.
En el Perú actual, ahorrar es más urgente que nunca. No se trata de renunciar a vivir, sino de construir una base para elegir cómo vivir. Porque quien ahorra, tiene más libertad y duerme mejor en las noches.