
Alberto Arispe
Gerente general Kallpa SAB
En conferencias, en exposiciones, entre inversionistas, todo comentan. ¿Tras años en el olvido, estaremos entrando a un nuevo boom minero en las bolsas de valores internacionales? ¿Subirán con fuerza los precios de las acciones mineras en 2025-2026?
Durante los últimos 12 años (2013-2024) los precios de las acciones mineras han sido constantemente underperfomers versus el mercado. En ese periodo de tiempo, el GDX (fondo de inversión que cotiza en bolsa, cuyos activos subyacentes son las acciones de las principales productoras de oro en el mundo) bajó 18%, mientras que el COPX (fondo de inversión que cotiza en bolsa, cuyos activos subyacentes son las acciones de las principales productoras de cobre en el mundo) creció 20%. En ese mismo periodo de tiempo, el índice S&P 500 (que agrupa a las acciones de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos) aumentó 218% y el índice Nasdaq, que agrupa a las acciones de las 100 empresas tecnológicas más importantes del mundo, explotó en 689%.
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¿Qué ocurrió?
Conversando con varios portfolios managers e inversionistas institucionales internacionales que gozaron del boom minero 2003-2012, cuando el oro y el cobre subieron 381% y 412% respectivamente vs S&P 500 + 62%, llego a las siguientes conclusiones.
Primero, entre 2013-2015 los precios de los metales se desplomaron. Mientras el oro bajó 42% de US$ 1,800 a US$ 1,050 la onza, el cobre disminuyó de US$ 4.30 a US$ 2.0 la libra. Fue un crash en 24 meses. Segundo, cuando estos precios empezaron a despertar, entre 2016-2018, surgieron nuevas clases de activos que cautivaron a los amantes al riesgo como el cannabis, las criptomonedas, los SPACs, entre otros. Tercero, en 2020-2023, cuando incluso, el precio del cobre tocaba US$ 4.80 la libra y el del oro pasaba los US$ 2,000 la onza, el mercado se decantaba por las acciones de empresas tecnológicas, los semiconductores, la inteligencia artificial, y nuevamente las criptomonedas y sus derivados.

Ante ese alto costo de oportunidad, las acciones mineras dejaron de ser sexy. Las juniors fueron ignoradas por años. ¿Por qué invertir en minería si existían retornos mucho mayores en otros sectores?
Como consecuencia de la falta de capital en el sector, bajó la inversión en exploración y fue esto lo que anticipó el desbalance entre oferta y demanda por commodities. Y es justamente este desbalance lo que puede originar el exceso de demanda, los mayores precios y el inicio del siguiente ciclo alcista minero.
¿Estamos entrando a un boom?
Nadie lo sabe, obviamente, pero veo, que el apetito por tomar riesgo minero esta otra vez subiendo. Primera señal es el incremento de fusiones y adquisiciones. Por ejemplo, en oro, hemos visto hace 24 meses la gigantesca adquisición de Newcrest por parte de Newmont por US$ 19,000 millones. Asimismo, Agnico Eagle Mines compró activos de Yamana, de O3 Mining entre otros, para ahora disputar con Newmont el título de ser la empresa minera de oro más grande del mundo con un market cap de US$ 56 billones. En cobre la reciente puja entre Anglo American y BHP fue interesante. Pero ha habido muchos más, especialmente en el sector de mediana minería. Y muchos de estos deals se han hecho en efectivo, lo que denota el apetito por riesgo del mercado.
Segunda señal es claramente el incremento de los precios. En lo que va del año el oro y el cobre han subido 25% y 10% respectivamente vs el S&P 500 +1%. GDX +44% y COPX +5% ahora son outperformers, después de muchos años. El ETF de empresas medianas productoras de oro GDXJ aumenta 34% este año. Hay rumores de próximos deals en minería junior y también de más fusiones y adquisiciones entre las empresas grandes. El mercado se ha dado cuenta de que el valor fundamental de las mineras, dado estos nuevos precios del oro y el cobre, cotiza por debajo de sus precios de mercado, por lo que hay rentabilidades atractivas por obtener.
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¿Tiene todo esto fundamento?
Diría que sí. El mercado parece despertar por el nuevo posicionamiento de China y de Estados Unidos (que juntos representan el 40% del PBI global) a nivel energético y geopolítico. Ambos países quieren asegurar su acceso a commodities claves como el oro, cobre, que son metales estratégicos pues cumplen roles claves en reserva de valor, electrificación, desarrollo de infraestructura, inteligencia artificial, defensa militar, entre otros.
Esto es clave en temas de crecimiento sostenido para los países más grandes del mundo. En caso de las tierras raras, el interés va sustentado por el rápido avance de tecnología y la inteligencia artificial. El triunfo de Trump, que no cree en el libre comercio y en la globalización (Estados Unidos tiene que producir todo lo estratégico y no puede depender de la “buena voluntad” de sus vecinos aliados y menos de sus “enemigos”) ha sido un catalizador.
Pese a lo mencionado, creo que estamos lejos del pico de un potencial boom. El pico se dará con nuevas emisiones primarias a altos precios de mercado, adquisiciones de juniors a cotizaciones exorbitantes, e ingreso masivo de inversionistas retail al mercado. Estamos todavía lejos de eso. Pero si estamos viendo, parece, el despertar de un sector, bastante apagado por una década, cuya recuperación, le hará mucho bien al Perú, país minero por excelencia.