Tanto el desánimo como el optimismo son contagiosos: hay que alejarse del primero y promover el segundo. (Ilustración: Carlos Lavida)
Tanto el desánimo como el optimismo son contagiosos: hay que alejarse del primero y promover el segundo. (Ilustración: Carlos Lavida)
José Ricardo Stok

Prendemos el televisor o la radio y nos saturan de malas noticias. Miramos alrededor y encontramos no pocas situaciones desagradables. En el país hay escaladas nefastas de delincuencia, corrupción, injusticia. Nuestros amigos o colegas nos narran sus problemas económicos, dificultades dolorosas, problemas emocionales, psicológicos, desencuentros familiares… Esto parece un cuadro surrealista, trágico y desesperante.

Estimado(a) lector(a)

En Gestión, valoramos profundamente la labor periodística que realizamos para mantenerlos informados. Por ello, les recordamos que no está permitido, reproducir, comercializar, distribuir, copiar total o parcialmente los contenidos que publicamos en nuestra web, sin autorizacion previa y expresa de Empresa Editora El Comercio S.A.

En su lugar, los invitamos a compartir el enlace de nuestras publicaciones, para que más personas puedan acceder a información veraz y de calidad directamente desde nuestra fuente oficial.

Asimismo, pueden suscribirse y disfrutar de todo el contenido exclusivo que elaboramos para Uds.

Gracias por ayudarnos a proteger y valorar este esfuerzo.