
Escribe: Antonio Cevallos, CEO de BBVA Asset Management
En tiempos de volatilidad, inflación y tipos de cambio impredecibles, una pregunta que nos hacen frecuentemente nuestros clientes peruanos es: “¿Me conviene invertir en dólares o en soles?”.
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La respuesta corta es: depende. Sin embargo, la respuesta correcta es: no debería depender solo del tipo de cambio actual ni de la visión sobre dónde estará en tres o seis meses, sino de tus objetivos, tu perfil de riesgo y tu horizonte de inversión. De hecho, elegir la moneda de tus inversiones es, en realidad, una decisión estratégica, no una apuesta de corto plazo.
Muchos inversionistas caen en la trampa de intentar anticipar si el dólar va a subir o bajar en las próximas semanas. De cierta manera, se entiende: en Perú, el tipo de cambio tiene alta visibilidad en medios y un impacto directo en el costo de vida (los carros se transan en dólares, los alquileres se fijan en dólares, etcétera.). Pero construir un portafolio basado en predicciones cambiarias es como armar una estrategia de inversión basada en el clima: impredecible, nadie le atina y, en el largo plazo, no termina siendo muy efectiva.
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De hecho, hacerle “timing” al tipo de cambio rara vez compensa los errores de asignación de activos. Es decir, el foco del inversionista debe estar en analizar y decidir qué porcentaje de su cartera debe estar en acciones, bonos, caja, etc. Por eso, el punto de partida no debe ser “¿cuánto está el dólar hoy?”, sino “¿en qué moneda están mis objetivos de inversión?”
Si estás ahorrando para pagar la universidad de tus hijos en el extranjero, jubilarte fuera del país o comprar una propiedad en EE. UU., tiene sentido construir una parte significativa de tu portafolio en dólares. No hacerlo te expone a un riesgo de descalce: tus activos están en una moneda distinta a la de tus pasivos futuros. Podría terminar costándote mucho más en términos de dólares si es que solo ahorras en soles.
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Por el contrario, si tus gastos están predominantemente en soles, como es usual con objetivos de corto plazo o planes dentro del país, invertir el 100 % en dólares puede implicar una exposición innecesaria al riesgo cambiario.
En ese caso, la diversificación cobra aún más valor. Así como diversificas entre renta fija y variable, también puedes diversificar entre monedas. Un portafolio que combina activos en soles y dólares te permite equilibrar riesgo y oportunidad, y evita que tomes decisiones abruptas si el tipo de cambio se dispara o se desploma súbitamente.
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Es relevante mencionar que invertir parte del portafolio en dólares también sirve como protección ante escenarios extremos locales, ya sean políticos o económicos. Recordemos que el dólar normalmente se comporta como una moneda fuerte o de refugio. Es, en ese sentido, una cobertura indirecta del riesgo país.
Tampoco debemos olvidar que no existe una receta única para todos: un inversionista conservador con metas en Perú puede tener un portafolio con 70 % en soles y 30 % en dólares. En cambio, uno más orientado a objetivos internacionales podría invertir el 60 % en dólares y el resto en moneda local.
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En síntesis: no se trata de elegir entre una u otra moneda, sino de encontrar un balance que reduzca los riesgos y mejore la estabilidad de tu portafolio en el tiempo. Los fondos mutuos son una herramienta eficaz para lograr esto, ya que permiten acceder fácilmente a instrumentos tanto en soles como en dólares, distribuyendo el riesgo de manera más eficiente y profesional, de acuerdo con tus objetivos, necesidades, tolerancia al riesgo y horizonte de inversión.